La respuesta a esta problemática ha sido planteada erróneamente a mi parecer. Se ha tratado de inculcar el reciclaje a través de la infraestructura sin tener una cultura previa. Los contenedores son mal utilizados y muchas veces ignorados, las personas en vez de caminar 10 metros más para botar una botella plástica en un contenedor clasificado para plásticos prefieren botarla a un basurero normal para que ésta llegue a un vertedero y muera en ese lugar o, simplemente, prefieren tirarla en la calle. Un ejemplo de esto es que el 8 por ciento de la basura de nuestro país es plástico reciclable, pero no se hace nada con ella, y lo peor es que ni siquiera es tema. Tampoco se les da la real importancia a los cartoneros, mal mirados la mayoría de las veces, pero que hacen un gran trabajo con el cartón y papel que, de no ser recogidos por ellos, podrían llegar a los vertederos sin ser reciclados.
Un tema más grave es lo que pasa con la basura electrónica, todos se preocupan de tener el mejor celular, notebook, Tablet; pero muy pocos se preocupan por los equipos viejos que se van acumulando en los hogares chilenos. En este tema se debe hacer una fuerte campaña para ayudar a las poblaciones que no pueden costear el reciclaje de sus electrodomésticos.
Las nuevas generaciones debemos ser más conscientes con el medio en el que vivimos y solidificar el camino hacia el reciclaje. Somos nosotros los que debemos iniciar la cultura del reciclaje en Chile, aún estamos a tiempo. Es por esto que la Confederación de Estudiantes de Ciencias Ambientales de la Educación Superior (CECADES) ha querido darle un valor agregado a la campaña previa a La Hora del Planeta, formando un 60+ (símbolo de la campaña) con pilas y plásticos que luego serán reciclados.
La campaña La Hora del Planeta tiene un gran impacto por el apagón de una hora a nivel mundial un día al año, pero su real objetivo es crear la conciencia para que, por lo menos, todas las semanas tengamos la hora del planeta en nuestros hogares y ojalá más adelante sea una hora del planeta diaria.
Los invito a crear entre todos, padres, hijos, abuelos, profesores, etcétera, una verdadera cultura de reciclaje que nos beneficiará a todos, y lo más importante, a nuestras próximas generaciones.
Juan Pablo Oliva
Estudiante Química Ambiental
Universidad Católica d ela Santísima Concepción
Delegado CECADES