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Vocación y frustración: cómo pueden ayudar las familias cuando no se ingresa a la carrera deseada

Por Camila Meza Sparza

El pasado domingo se dieron a conocer los resultados de las postulaciones a las universidades que forman parte del Sistema de Acceso a la Admisión Universitaria y que permitirá a miles de jóvenes comenzar una formación profesional en base a sus preferencias y gustos.

Sin embargo, para algunos estos resultados no fueron los esperados, lo que podría provocar una frustración sobre las nuevas expectativas. Entonces, ¿cómo puede apoyar la familia en este escenario?

La Coordinadora del área de Desarrollo Personal del Centro de Acompañamiento al Estudiante (CEADE) de la UCSC, Marcela Mora, indicó que “cuando existe una frustración de por medio y el estudiante tenía sus intereses claramente definidos y no pudo cumplir con entrar a la carrera que deseaba, es muy importante el mensaje que entreguen los padres o las figuras que son significativas para ellos”.

La especialista indicó que en muchas ocasiones los jóvenes optan por otra carrera en vez de intentarlo nuevamente por la presión que sienten de parte de estas figuras. No necesariamente es una presión directa, sino que durante años y en ocasiones de forma no consciente “se han entregado mensajes en relación a lo ‘terrible’ que sería ‘perder un año’. Esos mensajes nos acompañan desde que somos pequeños y los vamos interiorizando como propios, sin siquiera cuestionarlos. En otras ocasiones se selecciona otra carrera para no defraudar a los padres. El mensaje para las familias tiene que ver con ser más conscientes de lo que estamos transmitiendo a nuestros hijos o jóvenes cercanos. Las vivencias que han tenido los padres no son necesariamente transferibles a los hijos, así como tampoco la visión del mundo que cada uno tiene”.

Ingreso por descarte
Cuando se decide por estudiar otra carrera por descarte, es muy probable que no exista la motivación necesaria para los estudios, por lo tanto, a corto plazo puede llevar al estudiante a querer retirarse o en el caso de otros, continuarán hasta finalizar la carrera para no generar un problema al enfrentar a su familia.

“Es bueno enseñarle a los jóvenes, desde temprana edad, que las situaciones no son ‘buenas o malas’ en sí mismas, sino que cada uno de nosotros las da una connotación determinada, dependiendo de variables como nuestra crianza, experiencias previas, etc. Además, es importante recordar que no se define nuestra identidad como personas por el puntaje que obtuve o por la carrera que escogí. Es muy importante hacer énfasis en que este es sólo un aspecto de la vida”, finalizó la psicóloga.