Fuente: Universia.cl
El Rey de España y el presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, presidieron la inauguración del IV Encuentro Internacional de Rectores Universia, que se celebra en Salamanca, acto en el que estuvieron presentes también autoridades de la OCDE, y 600 rectores de 26 países que representan a 10 millones de estudiantes de universidades de todo el mundo, entre ellos, el Rector de la UCSC, Christian Schmitz Vaccaro.
El encuentro ofrece un espacio de debate bajo el lema “Universidad, Sociedad y Futuro”. Los asistentes profundizan en las claves de la Universidad, su presente y futuro inmediato, con foco en tres ejes temáticos: “Formar y aprender en un mundo digital”; “Investigar en la Universidad, ¿un paradigma en revisión?”, y “La contribución de la universidad al desarrollo social y territorial”.
El Rector destacó los énfasis del encuentro, muchos de los cuales, detalló, coinciden con la realidad chilena, y subrayó una idea que se ha discutido en chile: la necesidad de la existencia de universidades con vocaciones diferentes, enfatizando la autonomía universitaria. Asimismo, agregó “las universidades van transformándose a medida que evoluciona el tiempo y las sociedades, lo que se ha acelerado en las últimas dos décadas, y a medida que se transforma la sociedad y sus retos, se exige a las universidades que se adapten con más rapidez a los requerimientos de entorno”.
Por otra parte, indicó, en el contexto europeo es particularmente relevante el tema de la inmigración, algo que también es coyuntural en Chile. “Se destaca lo positivo que esta puede ser, generando una mayor diversidad de visiones y de pensamientos, lo que redunda positivamente en el sistema de formación de personas, y también en un ambiente de generación de conocimiento. Esto se enlaza con la necesaria pluralidad de visiones -que enriquecen el aula- y de transmisión de valores, un tema muy reiterado en el encuentro, tanto en docencia como investigación, aspecto que va a generar la necesaria diferenciación entre ues que se adaptan a las necesidades del medio, y las que forman profesionales que persiguen metas personales, sin tomar en cuenta los requerimientos sociales”.
En la apertura del encuentro, la presidenta de Universia y de Banco Santander, Ana Botín, recordó que cada generación “reescribe el contrato social que regula las relaciones entre la universidad y la sociedad a la que sirve”, un contrato que “incluye las contribuciones a la docencia, a la investigación y – cada vez más – a la innovación y el emprendimiento”. Y declaró que “una de las funciones de la educación universitaria debe ser enseñar a aprender, es decir, ofrecer las herramientas que permitan al estudiante de hoy desarrollar nuevas habilidades y competencias que necesite en el futuro”
Convencida de que “la educación no es todo, pero es casi todo. La educación nos transforma: personalmente, emocionalmente, culturalmente y, por supuesto, económicamente”, Ana Botín planteó tres reflexiones: primero, la educación es clave para poder construir sociedades más inclusivas, prósperas y resilientes; segundo, la relación entre profesor y estudiante está cada vez más intermediada por la tecnología, situando al estudiante en el centro de nuestra actividad. La revolución digital “es un poderoso motor de cambio económico, social, político y cultural”; y tercero, la importancia de la universidad para promover el crecimiento personal y la movilidad social. “Nuestras universidades nos enseñan que el conocimiento, la ciencia y la experiencia humana no tienen fronteras. Debemos ver la universidad como parte de la respuesta para formar ciudadanos globales, evitando las visiones localistas y endogámicas, que nos alejan de la cooperación internacional.”