Los griegos, en especial Aristóteles (en la Retórica), reflexionaron acerca de las falacias en el argumento y comportamiento humano.
Algunos ejemplos:
Falacia ad misericordiam, cuando quien desarrolla el discurso interpela la piedad para lograr que sus argumentos sean aceptados;
Falacia ad ignorantiam, una verdad es tal porque nadie ha levantado un argumento de falsedad;
Falacia ad baculum, cuando no existen argumentos racionales la fuerza es el argumento que cautela la verdad.
Y como estas falacias, se caracterizaron otras, tales como las falacias: ad verecundiam, ad hominem, ad populum, entre otras.
Analicemos las nuevas falacias del mundo cibernético:
FALACIA CIBERNÉTICA: porque estoy conectado tengo el control comunicacional de los ambientes virtuales en los que participo.
FALACIA COMUNICACIONAL: porque me comunico (envío el mail, publico en la Web, en Twitter, en Facebook o en otros medios sociales de comunicación) estoy siendo escuchado.
FALACIA DE LA EMPATÍA: porque envío mensajes los demás se identificarán con la importancia que le asigno a lo comunicado.
FALACIA DE LA RETROALIMENTACIÓN: porque escribí un mensaje digital éste ha sido leído y será contestado.
FALACIA DE LA RESPUESTA: porque envié un mensaje digital recibiré la respuesta esperada (no necesariamente la respuesta que los otros están dispuestos a entregarme).
FALACIA DE LA SOLUCIÓN: porque escribí y envié o publiqué un mensaje, éste fue leído y la circunstancia, situación, evento, hecho o problema será atendido y resuelto por quien o quienes espero que lo lean.
FALACIA DE LA EMOCIÓN: porque comunico mis sentimientos, esperanzas, deseos, aspiraciones, expectativas, sensasiones, miedos y emociones, los demás comprenderán las complejidades y contradicciones de mi propia vida.
FALACIA DE LA ALTERIDAD: porque comunico elementos existenciales que conforman mi propia vida, los demás se pondrán en mi lugar y me comprenderán.
FALACIA DE LA IMPORTANCIA RELATIVA: lo que escribo y publico es importante para mí, por lo tanto, debería ser importante para los demás.
FALACIA DE LA LIBERTAD: el ciberespacio, disponible en la nube digital, es un ámbito de ejercicio de libertad que permite ser libre y compartir la libertad de los otros (falso: todo está controlado política y económicamente)
FALACIA DE LA CONTRADICCIÓN: el ciberespacio, como medio comunicacional que vincula a personas e instituciones para conformar redes sociales, no es bueno ni malo, incluye dentro de sí mismo todas las contradicciones humanas. Tiene «alojado» lo mejor y lo peor de lo que somos.
FALACIA DE LA TRANSPARENCIA: en Internet todo es abierto y transparente. Falso, como toda expresión humana el ciberespacio no es neutro moral ni éticamente, requiere de ciertas normas y principios valóricos que orienten el quehacer, permitiendo un acceso y uso responsable, especialmente cuando son los niños y los jóvenes quienes acceden a información y/o transfieren conocimiento.
La invitación para luchar contra las falacias del ciberespacio: Conformar redes de contactos, para establecer redes de colaboración y cultivar redes de confianza.
Dr. Marcelo Careaga Butter
mcareaga@ucsc.cl
Jefe de Programas de Postgrados
Jefe de la Unidad de Informática Educativa y Gestión del Conocimiento Facultad de Educación, UCSC