La modificación de hora durante abril responde a la finalidad de adecuar las horas de luz natural a la actividad cotidiana. Este cambio comenzó en 1974 cuando, producto de la crisis de petróleo, y fue un mecanismo para aprovechar la luz en las mañanas y en las tardes. Un decreto que se ha extendido hasta hoy, por lo que este sábado 1 de abril generará el retraso de una hora en el reloj (a excepción de la Región de Magallanes).
Sin embargo, se ha alertado de los perjuicios que puede acarrear esta medida. Así lo indica la profesional de la Especialidad de Neurología Adulto de la UCSC, Mery Marrugo, quien explicó que se pueden presentar efectos en el sistema nervioso central, psicoemocionales, sociales, trastornos digestivos y hormonales.
“Al realizarse cambios en el horario, bien sea por viajes intercontinentales o aquellos que se realizan por disposición gubernamental, suelen ocurrir modificaciones en la salud de los seres humanos, generalmente desde el punto de vista biológico, psicoemocional y social. Dichas modificaciones suelen ser individuales o grupales, ya que todos no respondemos de igual forma ante los cambios”, manifestó la neuróloga.
Específicamente, se puede presentar somnolencia, irritabilidad, falta de atención y concentración, fallas de memoria, aumento de la secreción gástrica, aumento nocturno del apetito. A lo que se suman cambios de humor, irritabilidad, depresión e incluso ideas suicidas, fatiga, menor rendimiento escolar o laboral y mayor uso de sustancias estimulantes.
Falta crónica de descanso
Según Marrugo los estudios indican que el cambio al horario habitual o tradicional causa menos efectos negativos en la salud que el de verano que se efectúa en septiembre. Asimismo, manifestó que son los niños y adolescentes el grupo que se ve principalmente afectado, ya que se acortan las horas de sueño y pueden tener una falta crónica de descanso, que se potencia con la hora perdida en el cambio de horario. En adultos la adecuación puede tardar de 3 a 7 días, mientras que en los niños tardaría varias semanas.
Al mismo tiempo los ancianos podrían verse afectados, ya que es posible que confundan horarios de sueño (día-noche). Otro grupo son los pacientes con trastornos de sueño como el insomnio, los cuales tienen mayor dificultad para adaptarse a nuevos horarios
“Según estudios en otras latitudes, donde se eliminaron los cambios de horario, la población mejoró significativamente en todos los ámbitos que se ven afectados al cambiar la hora. Por lo tanto, considero que deberían buscarse otras medidas para la eficacia energética sin necesidad de realizar ajustes en el horario”, finalizó la especialista de la Facultad de Medicina.