El sábado 6 de abril se cambiará la hora. En esta ocasión, los relojes se deben retrasar y así dar comienzo al horario de invierno.
Este cambio de horario puede afectar a una persona de varias maneras y causar desajustes en su rutina. Eduardo López, neurólogo y académico de la Facultad de Medicina UCSC, afirmó que “esto puede alterar el ritmo circadiano (cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas) y puede causar desajustes en su reloj biológico”.
Efectos negativos
El experto explicó que “el impacto del cambio de horario de invierno puede variar según la sensibilidad y condición individual de cada persona, pero es importante ser consciente de estos posibles efectos y tomar medidas para minimizar su impacto”.
El desajuste en la rutina diaria podría afectar sus horarios de comida, ejercicio y otras actividades. Esto puede generar cierta confusión y estrés al tratar de adaptarse a los nuevos horarios.
“Por ejemplo, algunas personas pueden experimentar trastornos del sueño como dificultades para conciliar el sueño o despertarse temprano lo que genera fatiga diurna, falta de concentración y disminución del rendimiento, afecta el estado de ánimo y desencadena irritabilidad, ansiedad o depresión, además la disminución de luz puede contribuir a estos cambios emocionales en especial a los niños, personas neuro divergentes y adultos mayores por su mayor susceptibilidad a estas situaciones”, destacó.
Asimismo, el especialista señaló que “también puede impactar en la salud física y puede estar asociado con un mayor riesgo de ciertos problemas de salud, como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y trastornos metabólicos. Esto se debe en parte a la interrupción del ritmo circadiano, que puede afectar la regulación del metabolismo y la presión arterial”.
Adaptación al nuevo horario
La capacidad de una persona para adaptarse al cambio de horario puede variar según varios factores, como la edad, la salud general, los hábitos de sueño y la sensibilidad individual al cambio.
“La mayoría de las personas generalmente necesitan alrededor de una semana para adaptarse completamente al cambio de horario de invierno y en este periodo se pueden experimentar dificultades para conciliar el sueño, somnolencia, cambios de ánimo, entre otros”, mencionó el neurólogo.
Recomendaciones
Para mitigar los impactos provocados por el cambio de hora y facilitar la adaptación al nuevo horario. López recomendó que “para los adultos se recomienda mantener una rutina de sueño consistente, exponerse a la luz natural, limitar la exposición de luz artificial en la noche como celulares y computadores, evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse, practicar técnicas de relajación y mantener hábitos saludables pueden contribuir a la calidad del sueño y ayudar en la adaptación al cambio de hora”.
En tanto, el experto sugirió que “para los niños, lo ideal es que eviten estar con dispositivos electrónicos, realizar actividades relajantes antes de dormir como leer un libro o tomar duchas tibias, pasear por el aire libre, evitar alimentos estimulantes como bebidas que contienen azúcar y cafeína que pueden interferir con la calidad de sueño”.
“Al seguir algunos de estos consejos, se pueden reducir los impactos del cambio de hora y facilitar una transición más suave al nuevo horario”, cerró López.