Mientras continúa el debate por el proyecto de ley que busca proteger los ecosistemas de turberas y prohíbe la extracción del musgo pompón (Sphagnum magellanicus), con visiones encontradas entre el Congreso y recolectores locales, el coordinador del área Medio Ambiente y Oceanografía del Centro Regional de Estudios Ambientales (CREA), Dr. Marcelo Pavez, explica la importancia a nivel medioambiental tanto del mencionado tipo de humedal como del musgo.
De acuerdo al investigador, la protección de los humedales resulta clave para mantener los servicios ecosistémicos que estos entregan, como la mantención de la biodiversidad, la reserva de agua y su valor paisajístico, entre otros.
“Las turberas son un tipo de humedales típico de la zona sur de Chile y que acumulan una gran cantidad de materia orgánica en forma de turba, la que permite la proliferación del musgo pompón. Este musgo tiene una gran capacidad de retener agua, alrededor de 20 veces su peso, por lo que mantener estos ecosistemas es clave, sobre todo tomando en cuenta el escenario actual de megasequía”, explicó el doctor en Oceanografía.
Efectos ambientales
Una de las funciones más importantes de los humedales de turbera donde se encuentra al musgo pompón es el de actuar como acuífero natural, generando una reserva de este recurso. “La capacidad de retención de agua del pompón, debido a su morfología interna, hace de esta especie un producto muy apetecido para cultivo hortícolas, plantas ornamentales y para la industria de productos absorbentes”, detalló el Dr. Pavez.
Sin embargo, la gran demanda por el pompón y su extracción indiscriminada y sin regulación para ser exportada, conlleva consecuencias a nivel ecosistémico: “su extracción podría provocar escasez de agua en ciertas zonas del sur de Chile, además de permitir el escurrimiento de aguas lluvias, las cuales podrían causar inundaciones en zonas pobladas”.
“La extracción indiscriminada de esta especie provoca un daño importante en varios aspectos como, por ejemplo, la absorción de altas concentraciones de CO2, acumulándolo como carbono orgánico, lo que alivia en parte el calentamiento global; la regulación hidrológica, que permite acumular grandes cantidades de agua y transferirlas lentamente en forma subterránea hacia otras zonas; la depuración del agua, ya que son capaces de retener ciertos elementos tóxicos como metales pesados; y la mantención de la biodiversidad, permitiendo el desarrollo de un número importante de flora y fauna que solo habitan en este tipo de ecosistemas”, agregó el investigador del CREA UCSC.