Fue el 28 de septiembre de 2018 cuando en Indonesia se registró un terremoto y tsunami que sorprendió a la comunidad científica. Ya que ni la magnitud, ni el mecanismo del terremoto 7,5, se consideraban capaces de producir las alturas que se observaron del tsunami y el posterior desastre.
En este contexto, y encabezados por el académico de la Facultad de Ingeniería e investigador Cigiden, Dr. Rafael Aránguiz, se desplegó un trabajo con especialistas de Chile, Indonesia, Japón, Alemania, Estados Unidos y Canadá; que se enfocó en dar respuesta a lo anterior.
La indagación concluye que lo que ocurrió en ese lugar, fue producto de un fenómeno en cascada con superposición de distintos tsunamis que se conjugaron para llegar a la costa en pocos minutos y con una fuerza mucho más destructiva.
El experto cuenta que la investigación contó con un grupo de científicos en terreno de Japón e indonesia que obtuvo datos espaciales sobre la altura de inundación del tsunami. Se realizó una batimetría de la costa y la bahía, se midieron las deformaciones del fondo marino y entrevistas a testigos presenciales en el lugar. Otro equipo de Japón, además, identificó siete deslizamientos de terrenos en la bahía que explican la superposición de tsunamis.
El Dr. Aránguiz comentó que “esa data fue enviada a Chile y fue procesada por nosotros para generar simulaciones numéricas de los mecanismos de generación y propagación del tsunami. Toda esa información fue validada también por equipos de Canadá, Alemania y Estados Unidos”.
Reconocimiento
Con esa indagación, se elaboró el paper «The 2018 Sulawesi tsunami in Palu city as a result of several landslides and coseismic tsunamis”, y donde participó el Dr. Juan González, postdoctorante UCSC e investigador Cigiden, recibuendo el reconocimiento “Coastal Engineering Journal Award”, que entrega la revista Coastal Engineering Journal desde 1997, al mejor artículo científico. El premio destaca los aportes científicos en los campos de ingeniería costera y portuaria, olas, corrientes y desarrollo y protección de zonas costeras.
Este estudio permitió saber que la mayoría de estos desprendimientos se produjeron en las desembocaduras de los ríos y en las zonas de relleno donde se habían acumulado sedimentos submarinos blandos. Las simulaciones numéricas evidencian un escenario en el que las olas del tsunami que llegaron a la ciudad de Palu – entre 4 y 10 minutos después del terremoto– fueron causadas por la deformación cosísmica del fondo marino, posiblemente unida a olas secundarias generadas por varios deslizamientos submarinos.
Aránguiz concluyó, “estos resultados sugieren que es necesario utilizar metodologías y herramientas más completas a la hora de evaluar los riesgos probabilísticos de tsunami en bahías estrechas. En Chile, espacios geográficos similares se encuentran desde Puerto Montt al sur. Efectivamente en 2007 ocurrió un tsunami similar al de Indonesia en los fiordos de Aysén producto de un terremoto con deslizamientos de cerros. Si bien se reportaron pérdidas humanas, estas zonas no son densamente pobladas como Indonesia”.