A las 11.00 de este viernes 7 de noviembre, sonó la alarma del Sistema de Alerta de Emergencia (SAE), emitida por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), informando la evacuación de las personas que se encontraban en una de las 16 comunas del borde costero de Biobío y Ñuble, iniciativa a la se sumó la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) y permitió fortalecer la preparación y respuesta ante situaciones de emergencia y promover la cultura preventiva y de autocuidado entre trabajadores, estudiantes y colaboradores.
En total, participaron 4.883 personas en los distintos emplazamientos de la Universidad: 4.557 en el Campus San Andrés, 173 en Talcahuano, 145 en Santo Domingo y alrededor de 8 en la Estación Costera de Biología Marina en Lenga.
El Vicerrector de Vinculación con el Medio de la UCSC, Andrés Varela, destacó el compromiso institucional con la seguridad y la preparación ante emergencias, asegurando que “estamos muy satisfechos de haber participado en este plan que permitió realizar un simulacro en Concepción y Talcahuano, con un balance muy positivo para la Universidad. Vivimos en una zona altamente sísmica, donde las experiencias pasadas nos han enseñado lo importante que es estar preparados. Por eso, desde la Universidad debemos dar ejemplo, educar y proyectar una cultura de orden, colaboración y trabajo conjunto entre la sociedad civil, las instituciones y el Estado“.
Para Ingrid Riquelme, jefa de la Unidad de Prevención de Riesgos de la Universidad, este simulacro permitió evaluar los tiempos de evacuación, identificar oportunidades de mejora en los protocolos de seguridad y reforzar el compromiso institucional con la gestión de riesgos.
A modo de preparación para este ejercicio, la Universidad organizó un equipo de coordinadores y observadores integrado por más de 40 trabajadores, quienes sirvieron de apoyo a los encargados de seguridad de cada edificio y facilitaron el proceso de evacuación hacia los sectores seguros del Campus San Andrés.
Uno de los aspectos más relevantes de la realización de un simulacro de evacuación es poner a prueba la respuesta de la ciudadanía ante desastres, evaluar la eficiencia de los planes de emergencia y fomentar una cultura de prevención. Estos ejercicios ayudan a identificar fallas en los protocolos y a que las personas desarrollen hábitos para actuar con rapidez y seguridad en caso de un desastre real.