En febrero de este año, regresó a la Casa de Estudios, el profesor Patricio Merino, Doctor en Teología. Estuvo 5 años en calidad de comisionado de la UCSC, para apoyar la restauración de la Facultad de Teología de la Universidad Santo Tomás de Colombia.
Posteriormente, el Consejo Episcopal Latinoamericano Celam, lo nombra como Vicerrector Académico del Cbitepal (Centro Bíblico Teológico Pastoral para Latinoamérica y el Caribe).
Regresa a sus labores como docente y Jefe de Departamento del Instituto de Teología con un nuevo desafío, ser el primer Ombusd de la UCSC.
«Es un desafío hermoso, lo asumo con gran humildad y ganas. Lo interesante de esta figura es que un miembro de la comunidad, es elegido para apoyar la buenas prácticas, la sana convivencia y la posibilidad ayudar en algunas situaciones de terceros», precisó
A líneas generales el Ombuds, contribuirá a la solución de conflictos que afectan a las personas, manteniendo como premisas básicas: la confidencialidad, independencia, imparcialidad y empatía.
La UCSC, es la primera Universidad de la región en crear esta figura, hito que se consagró, a través de un Decreto de Rectoría emitido en diciembre pasado.
El reglamento del Defensor Universitario, permitirá hacer valer los derechos que emanan de normas institucionales o legales que rigen a la Casa de Estudios, sin perjuicio de velar igualmente por el adecuado cumplimiento de sus deberes.
Las funciones de esta nueva figura, se inhabilitan cuando se trate de una falta o delito que ya esté configurado como tal, por ejemplo, situaciones en las que se realizan investigaciones o sumarios administrativos.
«Las funciones del Ombuds, se irán perfilando a medida que pase el tiempo, ya que en ningún caso mis deberes apuntan a ser un árbitro o un mediador propiamente tal. Mi trabajo apuntará a dar una sugerencia y consejo, poniendo acento en la dignidad de las personas y la verdad, elementos que demás constituyen ejes centrales de la UCSC», recalcó.
De acuerdo a esta reglamentación, el Ombuds UCSC, dependerá directamente de Rectoría y “podrá recibir en forma confidencial, por cualquier medio, quejas, inquietudes o consultas sobre supuestos actos, omisiones, incorrecciones o problemas de estudiantes, académicos y funcionarios administrativos, con la finalidad de auxiliar y orientar la búsqueda de soluciones. Podrá también, escuchar, ofrecer consejo u opciones, facilitar acuerdos o soluciones y, especialmente examinar los asuntos que se le presenten, de manera independiente, informal e imparcial».
Para Merino, la figura del Ombuds debe ser más bien discreta. «Este cargo no tiene como objetivo figurar o hacer intervenciones, muy por el contrario, sus funciones son bastante confidenciales y a modo de sugerencias. Dependiendo de las situaciones o casos, podrá inhabilitarse, en especial en materias en las que hay procesos legales o sumarios en curso», añadió.