21 de mayo de 1879: un ejemplo de liderazgo - UCSC
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21 de mayo de 1879: un ejemplo de liderazgo

Por Manuel Gutiérrez González, académico Facultad de Comunicación, Historia y Cs. Sociales UCSC

La hazaña del 21 de mayo de 1879 es uno de los hitos más simbólicos de la historia de nuestro país que se hace necesario recordar siempre. Aunque fue un combate naval de alcances tácticamente limitado en comparación con otras acciones militares de la Guerra del Pacífico, tuvo consecuencias insospechadas y fue determinante en el desarrollo de aquel conflicto bélico. De paso puede considerarse como el acontecimiento que reafirmará el poder naval chileno en el Pacífico Sur.

La mayoría de los historiadores concuerdan que la muerte de Prat y sus hombres en combate, movilizó a todo Chile en la causa de la guerra contra Perú y Bolivia, haciéndose esta una guerra “popular”. Desde la aristocracia hasta el bajo pueblo y en todas las regiones del país, miles de chilenos se hicieron voluntariamente parte de aquella empresa.

Si bien el sacrificio de nuestros marinos fue suficiente para que quedaran en la posteridad, no se puede pasar por alto las virtudes de mando que Arturo Prat ejerció al frente de sus hombres en los pocos días que comando la Esmeralda. Solo esto puede explicar que su tripulación lo acompañara fielmente en un combate que era evidentemente desfavorable desde el inicio.

Fue controlado al momento de la aparición de los blindados Huáscar e Independencia para poder aplicar un plan de combate y preparar a su gente, fue decidido en hacer ver a sus oficiales que el combate era inevitable y que debían enfrentarlo de la mejor forma posible. Fue también inteligente en intentar una acción de abordaje como la única posibilidad de neutralizar el poder del buque peruano, confiando en la capacidad de sus hombres.

El ejercicio del mando de Prat puede explicar por qué todos sus hombres lo siguieron. No se trató de un acto suicida o de una acción desesperada, se trató más bien, de dar cumplimiento a las órdenes recibidas con anterioridad de sus superiores, y de intentar mediante todos los medios posibles ganar el combate. Naturalmente, no desconoció la dificultad de la misión, pero esto no condicionó su actuar. Además, Prat ejerció sobre sus hombres un mando que también viene acompañado de humanidad en el trato con su gente, aun en momentos difíciles, tal como lo acreditan los testimonios de camaradas de armas chilenos y peruanos.

Por ello, Arturo Prat encarna al líder que todo chileno debería imitar.