“Canaán” – UCSC
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“Canaán”

Por Mauricio Villagrán Valenzuela, académico Facultad de Ingeniería UCSC
Imagen de portada

Canaán era el nombre que recibía la tierra prometida por Dios a Abraham según consta en el antiguo testamento, pero también y paradójicamente es el nombre asignado a uno de los guetos más grandes que se generaron en Haití con posterioridad al terremoto del 12 de enero de 2010. Su denominación surgió por el deseo o sueño de sus pobladores de contar con un terreno para poder reconstruir sus hogares y sus vidas. Lamentablemente hoy, a pesar de la ayuda internacional, este territorio de más de 11 kilómetros cuadrados y donde residen una incontable cantidad de personas, está aún plagado de improvisadas tiendas, fundaciones incompletas, escombros y basura. Todo ello fruto de una desordenada búsqueda de solución a una intempestiva necesidad de vivienda surgida post terremoto.

En esta improvisada pseudo-ciudad, existen escuelas, campos de futbol, zonas comerciales e incluso iglesias, solo que todo ha surgido  a partir de la espontaneidad, sin la más mínima planificación, ya que no existe suministro de agua potable, ni sistemas de alcantarillado,  caminos ni demarcaciones. Razones que explican la existencia de Canaán son muchas, pero  principalmente la inoperancia del gobierno haitiano, sumada a la baja calificación de la mano de obra local, una pobre planificación urbana, y la avaricia de unas pocas familias locales dueñas de los terrenos.

Es cierto, Chile no es Haití, pero esta triste realidad haitiana debería ayudarnos en dos sentidos. Primero en sensibilizarnos en torno a una realidad que viven miles de personas que sufrieron las devastadoras consecuencias de una catástrofe natural y que, en su condición de seres humanos, necesitan de nuestra ayuda. En segundo lugar, nos desafía a cuestionarnos nuestra realidad actual, especialmente en estos tiempos donde encontrar lo malo de las cosas se ha vuelto casi una adicción, olvidando todo el esfuerzo y trabajo que han aportado muchas personas para el bienestar social. A cuatro años del terremoto debemos reconocer nuestra realidad y definir nuestros caminos tal que sigamos ayudando a construir Chile, no a destruirlo. No vaya a ocurrir que valoremos lo que hemos logrado como sociedad cuando lo perdamos…

mvillagranMauricio Villagrán Valenzuela
Académico Ingeniería Civil
Universidad Católica de la Santísima Concepción