La decisión del municipio de Penco de implementar un cruce peatonal al estilo Tokio abre una conversación necesaria sobre la movilidad en la Región del Biobío. Este modelo, conocido internacionalmente como scramble crossing, permite que los peatones crucen en todas las direcciones, incluso en diagonal, mientras el tránsito vehicular se detiene. Más allá de lo técnico, lo relevante es la señal: priorizar al peatón como protagonista del espacio público.
Desde la perspectiva del diseño urbano, esta intervención no es solo una mejora funcional, sino también un cambio cultural. Representa una manera distinta de entender la ciudad, reconociendo que la movilidad a pie es el modo predominante en las zonas céntricas. En lugares como Concepción, donde los flujos peatonales son intensos en intersecciones como Paicaví con O’Higgins o Barros Arana con Aníbal Pinto, avanzar hacia este tipo de cruces implicaría reorganizar el sistema de circulación bajo criterios más equitativos.
Los beneficios son evidentes. En ciudades donde ya se han aplicado, los accidentes disminuyeron de forma importante. Londres es un buen ejemplo: allí, la instalación de un cruce diagonal redujo en un 38 % las víctimas peatonales. Además, estos cruces mejoran la experiencia del peatón: menos rodeos, más claridad para cruzar y una sensación de mayor seguridad. En el caso de Concepción, esto podría reforzar la vitalidad de las calles, atraer más caminantes y favorecer a los negocios locales.
Por supuesto, no se trata de una medida simple. Requiere ajustar semáforos, implementar buena señalización, garantizar accesibilidad universal y acompañar con campañas de educación vial. También es importante considerar que la normativa chilena solo permite cruzar en diagonal cuando está expresamente regulado y autorizado, por lo que cualquier piloto debe contar con la aprobación del Ministerio de Transportes.
La efectividad de estas intervenciones depende siempre de un análisis urbano previo. Los cruces estilo Tokio no se pueden implementar en cualquier esquina, sino en los puntos más céntricos e integrados, donde confluyen muchos peatones y vehículos. Para lograrlo, es necesario estudiar la trama urbana con metodologías como Space Syntax y complementar la intervención con otras medidas de mejoramiento del espacio público, como ensanchar veredas, calmar el tráfico y priorizar al peatón en zonas de alta vitalidad.
En definitiva, más allá de una innovación en la organización del tránsito, los cruces peatonales al estilo Tokio representan una apuesta por ciudades más seguras, inclusivas y caminables. Son una invitación a pensar Concepción desde quienes la habitan y recorren a pie, transformando el acto cotidiano de cruzar la calle en una experiencia más justa y segura para todos.