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El 21 de mayo hoy. Una visión crítica

Por Manuel Gutiérrez González, académico Facultad de Comunicación, Historia y Cs. Sociales UCSC
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En mi labor de profesor universitario he constatado, en estos últimos años, la ignorancia por parte de los estudiantes sobre los acontecimientos del 21 de mayo de 1879. Al preguntarles sobre el porqué de tal desconocimiento, algunos respondían que en el colegio no tuvieron una explicación del tema y que algunos profesores se manifestaban críticos de aquel suceso histórico. Otros indicaban que tenían una visión confusa, ya que se trataba de una “guerra injusta donde murió gente inocente”. Sin embargo, al explicarles el hecho, sin los prejuicios ideológicos o sesgos que se encuentran en ciertos textos de historia, manifiestan gran interés y expectación, por algo que no conocían acabadamente y algunos se entusiasman y profundizan más allá de lo básico.

Tales respuestas me han hecho pensar sobre cómo se entiende el 21 de mayo hoy y qué significa para la juventud. Lo ocurrido en el Combate Naval de Iquique ha perdido su contextualización real que es la denominada Guerra del Pacífico (1879-1883). Se lo plantea como un combate lamentable que Chile perdió producto de errores políticos y militares, y la muerte del capitán Prat fue la consecuencia de aquello. Luego, se duda sobre el confuso final del comandante de la corbeta “Esmeralda” y se contrapone con el legítimo derecho de defensa de Perú frente a una invasión de su territorio.

Para otros, el Combate Naval de Iquique prácticamente no existe, y es la Guerra del Pacífico un conflicto de carácter económico en la cual Gran Bretaña abusó y utilizó pequeños países sudamericanos en beneficio de sus propios intereses (esto se plantea principalmente en la historiografía boliviana y peruana).

Por lo tanto, no me extraña mucho que existan políticos, académicos e intelectuales chilenos que promueven la devolución de las costas de Antofagasta a Bolivia (salida al mar), así como de todos los “trofeos” provenientes del “saqueo” que nuestras tropas realizaron durante la ocupación de Lima. Nuestros jóvenes son víctimas de estas erróneas interpretaciones.

Sin duda alguna, es el desconocimiento de nuestra historia el factor que provoca el no poder entender lo que fue y significó el Combate Naval de Iquique. Es también la falta de valoración de la vida humana hoy, la que no considera el sacrificio como una virtud. Es también la confusión, a veces intencionada ideológicamente, de los conceptos de patria y nación. Puede ser luego, una distorsionada visión de los antecedentes del conflicto que llevó a nuestro país a enfrentarse con Perú y Bolivia. Todo esto ha ido alejando a nuestra juventud de la historia de Chile y, por lo tanto, no se hace parte de estos hechos históricos.

Me temo que, en gran medida, la responsabilidad de este desconocimiento, que concluye en el presente diagnóstico, lo tiene el mismo Estado. Este ha ido olvidando lentamente sus responsabilidades y obligaciones en el cuidado de su mar y de la propia historia naval (los textos escolares han omitido gran parte de la Guerra del Pacífico), dejando a una ciudadanía olvidadiza e indiferente de uno de los hechos fundacionales del Chile moderno. En un país que es más mar que tierra, esto es una contradicción vital.