El cine chileno también se escribe con acento extranjero - UCSC
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El cine chileno también se escribe con acento extranjero

Por Samuel Rubilar Bahamondes, académico Facultad de comunicación, Historia y Ciencias Sociales UCSC

Todo proceso creativo tiene un origen, una especie de destello inicial que abre nuevos caminos. En el cine chileno, muchos de esos comienzos provienen de migrantes que llegaron para enriquecer los cimientos de una cinematografía en desarrollo. Salvador Giambastiani, director y fotógrafo italiano, contribuyó con películas como “La baraja de la muerte” (1916), considerada el primer largometraje argumental realizado en Chile. Estos artistas no sólo aportaron con la realización cinematográfica, sino que también trajeron nuevas perspectivas en relación con el lenguaje cinematográfico, que fueron fundamentales para las primeras etapas de este arte en nuestro país.

Desde Francia llegó Pierre Chenal, quien dejó su huella con películas como “El ídolo” (1952), reconocida como una de las primeras películas policiales en Chile. En los años 70, el cine chileno experimentó un crecimiento, influenciado por migrantes como Bruno Gebel, cuya película “El benefactor” (1973) que propone experimentar con nuevas narrativas.

Hoy, este impulso sigue vigente. Inti Briones, destacado director de fotografía peruano, ha aportado al cine chileno contemporáneo con su visión singular en proyectos como “Días de campo” de Raúl Ruiz y “Matar a un hombre” de Alejandro Fernández Almendras. Además, Sebastián Lelio, guionista y director de origen argentino, también continúa este legado, alcanzando un Óscar a la mejor película de habla no inglesa por “Una mujer fantástica” (2017). Las raíces multiculturales continúan enriqueciendo nuestro cine local, dándole una particularidad que de a poco está siendo apreciada en el ámbito internacional.

Sumar miradas diversas transforma la manera de realizar y pensar el cine. Se dice que el arte se enriquece cuando distintas miradas se encuentran y dialogan. Reconocer el aporte de personas migrantes en el desarrollo, creación, producción, posproducción es reconocer nuestra realidad cinematográfica y nos permite apostar por un futuro basado en el diálogo y la reflexión.

Como guionista y académico de Dirección Audiovisual y Multimedia en la UCSC, he observado en el aula y en mis procesos creativos cómo las distintas perspectivas enriquecen la escritura cinematográfica, por lo cual creo que es necesario, especialmente en el marco del Día Nacional del Cine, enfatizar en la importancia que este se configure como un espacio de encuentro donde las visiones autorales se complementan con el trabajo colectivo, resultando obras que no sólo cuentan historias, sino que también invitan a pensar, sentir y dialogar.