El talento pedagógico - UCSC
Postgrados Formación Continua Investigación e innovación Vinculación Contacto
Blog Educación Blogs Academia

El talento pedagógico

Por Aladino Araneda Valdés, académico de la Facultad de Educación UCSC
Imagen de portada

El Ministerio de Educación envió al parlamento, y recientemente a docentes de escuelas y liceos del país para su discusión y análisis, un proyecto de ley que modifica el Estatuto Docente y propone un nuevo Sistema de Promoción y Desarrollo Profesional Docente, en donde señala la importancia de aumentar las exigencias para estudiar carreras pedagógicas e, igualmente, incorpora incentivos para atraer a personas destacadas y con vocación a la profesión docente, retener a los mejores profesores e incentivarlos a  realizar su mejor esfuerzo y para su desarrollo profesional continuo.

En consideración a dicha iniciativa, resulta menester abordar la tarea de explicitar lo que se ha de entender por “personas destacadas y con vocación docente”, que como es lógico suponer, han de poseer características personales y de personalidad especiales asociadas al ejercicio de la docencia, que en virtud de ellas logren un nivel de Desempeño Destacado en su quehacer y aseguren aprendizajes de calidad en sus estudiantes.

¿Cuáles son esas características previas a partir de las cuales se han de formar los docentes, para que respondan al perfil profesional que exigirá el establecimiento educacional en su contratación futura? Un ejemplo de esa preocupación es lo expuesto en el Informe McKinsey (2007), por encargo de la OCDE y cuyo objetivo fue comprender por qué los sistemas educativos con más alto desempeño del mundo alcanzan resultados mucho mejores que la mayoría de los demás, y por qué ciertas reformas educativas tienen tanto éxito, cuando muchas otras no logran su cometido.  Se concluye que el éxito depende de 1) conseguir a las personas más aptas para ejercer la docencia, 2) desarrollarlas hasta convertirlas en instructores eficientes, y 3) garantizar que el sistema sea capaz de brindar la mejor instrucción posible para los niños.

Resulta evidente que, para lograr resultados de aprendizajes exitosos en los estudiantes, se precisa tener mucha claridad respecto de quiénes (con cierta seguridad) están llamados a ejercer la función docente, pues se trata de encontrar a las personas “más aptas” o “talentosas”.  En Chile es urgente entonces definir aquello que se ha de entender por Talento Pedagógico y determinar cuándo estamos frente a una persona con potencialidad para la docencia o ante un estudiante con potencial docente.  En los países que lo han hecho, se ha logrado establecer un riguroso procedimiento para su selección y, de cada diez postulantes, se elije a uno con “potencial docente” para formarlo o reclutarlo como profesor, según sea si es seleccionado antes o después de su formación docente. Lo concreto es que en esos países los procedimientos, además de las pruebas nacionales estandarizadas que en cada país se aplican para hacer selecciones generales en base a capacidades académicas, se incluyen pruebas especiales (de lengua y de aritmética), entrevistas de selección y desarrollo de actividades prácticas de habilidades y destrezas asociadas a la docencia.

Chile debiera hacer algo parecido y, además del puntaje PSU y la NEM, establecer requisitos para la docencia y considerar características, habilidades y capacidades afectivas, intelectuales y volitivas que debiera poseer una persona interesada en la docencia, para su formación y desarrollo docente destacado. Estas definiciones han de ser el punto de partida para luego determinar cómo seleccionarlos y cómo será su formación inicial y continua y qué se les exigirá que cumplan en su desempeño.

Aladino Araneda Valdés
Académico Departamento Fundamentos de la Pedagogía
Facultad de Educación
Universidad Católica de la Santísima Concepción