La importancia de la educación en derechos humanos – UCSC
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La importancia de la educación en derechos humanos

Por Alejandro Abarca Díaz, docente Trabajo Social UCSC
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En mayo de este año, la Defensoría de la Niñez en conjunto con el Centro para la transformación educativa (PUC) difundieron los resultados del “Estudio de análisis del enfoque de derechos humanos de niños, niñas y adolescentes en el currículum educativo”. Entre sus conclusiones destacan que en nuestro país no existe un marco común sobre cuál es el enfoque que se quiere seguir respecto a derechos humanos, y que hay una ausencia en todos los niveles educativos de una perspectiva histórica y de memoria sobre las vulneraciones de este tipo de derechos.

Se podría afirmar, entonces, que no todas las niñas, niños y jóvenes reciben educación en derechos humanos, y, por lo tanto, el Estado no estaría cumpliendo a cabalidad lo indicado en el artículo 26 de la Declaración Universal: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales”.

Pero ¿Por qué es tan importante educar en derechos humanos? La propia asamblea general de Naciones Unidas, en el preámbulo de la Declaración Universal nos recuerda que “el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad”, por lo tanto, abordar este desafío no es un tema menor. La misma Organización de Naciones Unidas (2011), recalca que la educación en esta materia “es un proceso que debe estar presente durante todo el ciclo vital y concierne a todos los integrantes y sectores de la sociedad”.

Pero el promover la educación en derechos humanos, no sólo permite prevenir o evitar transgresiones como las señaladas, sino que también le otorga “valor al desarrollo integral de un país, a la responsabilidad y al respeto por las personas, otorga legitimidad moral y principios de justicia social a los objetivos del desarrollo humano” (Álvarez-Bravo, 2019).

En base a lo anterior, se puede afirmar, entonces, que resulta un objetivo estratégico para los estados el promover este paradigma educativo y las prácticas pedagógicas respectivas, ya que existe consenso frente al hecho de que estos procesos aportan al desarrollo democrático de los países y a la construcción de sistemas sociales orientados hacia el respeto y la justicia social.

Para avanzar en este sentido, un reto relevante consiste en incorporar a los planes de estudio de todos los niveles formativos el enfoque de derechos humanos, así como los tratados internacionales que los reafirman y que nuestro país ha suscrito, ya que como lo indicó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura: “la educación de calidad, se debe sustentar en un enfoque holístico basado en los derechos humanos y abarcar, además, cuestiones tales como la diversidad cultural, el plurilingüismo en la educación, la paz y la no violencia y el desarrollo sostenible, las aptitudes para desenvolverse en la vida y otros” (UNESCO, 2003).