La Pasión del Señor – UCSC
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La Pasión del Señor

Por Juan Carlos Inostroza, académico Facultad de Estudios Teológicos y Filosofía UCSC
Imagen de portada

La Pasión de Jesús es la entraña del cristianismo. Si algo caracteriza la identidad de nuestra fe es la Pasión de Jesús. Por eso la imagen de Cristo crucificado dice casi todo sobre nuestra fe. Sí, casi todo, porque tampoco la muerte de Jesús en la cruz romana es la última palabra de la fe, sino la resurrección del Señor. Eso es la Pascua de Jesús que celebramos en estos días.

El significado y alcance de su Pasión, los dio Jesús en la Última Cena y nosotros lo revivimos cada vez que celebramos la eucaristía o misa. La Última Cena fue una “acción profética”, con el gesto de partir el pan y dar a beber la copa, diciendo respectivamente “esto es mi cuerpo” y “esto es mi sangre derramada”, así separado uno de la otra, indicó por adelantado, es decir, profetizó su muerte inminente. Y nosotros lo decimos también en la Misa tras la consagración, cuando de pie (porque es una aclamación) exclamamos: “¡Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Ven, Señor Jesús!”. La Pasión de Jesús es ciertamente “el misterio de nuestra fe”. Un misterio que Dios quiere mostrar, revelar, comunicar y anunciar, y que nos llama (por eso somos “Iglesia”, asamblea de los que hemos sido llamados por pura misericordia) a acogerlo, conocerlo y vivirlo.

Con su muerte, Jesús ya mostró hasta dónde ha querido llegar Dios para llamarnos a la Salvación, es decir, a estar con Él: “Dar sin condiciones su propia vida totalmente a favor nuestro”. Y con su resurrección ha puesto el sello de garantía definitivo a su Palabra y a su promesa de salvación: “¡Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso!”. Los cristianos no creemos en especulaciones fantasiosas. Nuestra fe es “memoria” de la Vida y Pasión de Jesús, validada por su resurrección de entre los muertos, y es “esperanza gozosa” en su venida gloriosa, porque la vida eterna que Él promete no es otra cosa sino “estar con Él”. Eso es ya la Eucaristía.