El día mundial del lavado de manos se conmemora cada 15 de octubre desde 2008. Es parte de la agenda internacional de higiene, que promueve una medida eficiente y eficaz en la prevención de enfermedades contagiosas, particularmente la neumonía y enfermedades diarreicas, responsables de la mayor parte de la muerte de niños en el mundo.
Por este motivo es que el lema de la actual campaña es ¡Las manos limpias salvan vidas!, haciendo referencia a la gran virtud de incorporar el lavado de manos “con agua y jabón” como un hábito dentro de la rutina diaria. En el instructivo publicado por UNICEF, se destacan cinco hechos importantes que todos debemos conocer.
Primero, se establece que el lavado de manos “sólo con agua” no es suficiente para lograr el efecto que se espera, estimándose un mejor resultado si se realiza con jabón de cualquier tipo. Esto se debe a que el jabón disuelve las grasas permitiendo con esto que se desprendan la mayoría de los gérmenes. Además, el aroma y sensación de limpieza que deja incentiva su uso, y su aplicación requiere que se froten las manos.
Lo segundo, es que la investigación ha probado varios hechos sobre la efectividad del lavado de manos con agua y jabón, como la prevención de enfermedades de todo tipo: gastrointestinales, respiratorias, cutáneas y muchas graves que han azotado a la población mundial como la gripe aviar y la influenza A H1/N1, incluso en poblaciones muy pobres y expuestas a alta contaminación.
En tercer lugar, se ha establecido que los momentos más importantes para el lavado de manos con agua y jabón son previo a la manipulación de alimentos (antes de comer, al prepararlos) y posterior al uso del baño o de tener contacto con heces (al limpiar a un niño, un enfermo, una mascota, etc). Recordemos que las manos pueden transportar los gérmenes.
Un cuarto hecho importante, más aún en momentos de crisis económica mundial, es que esta medida ha probado ser no solo eficaz, sino además conveniente, trayendo los mismos beneficios que otras acciones sanitarias tales como la construcción de letrinas o el abastecimiento de agua, pero a un menor costo. Y a esto todavía le podemos agregar, los ahorros asociados a las atenciones de salud que previene.
Por último, la sencillez de esta medida, permite que sea aprendida rápidamente, lo que facilita su incorporación como un hábito saludable desde temprana edad. Por este motivo, se incentiva a que los niños sean considerados como agentes de cambio, estimulándolos a lavarse las manos con agua y jabón desde el hogar, reforzando en la escuela y en la comunidad. Las ventajas del lavado de manos con agua y jabón están a la vista, ahora te invitamos a la acción… “manos a la obra”.