El realizar ejercicio físico de manera regular trae consigo múltiples beneficios. La bicicleta ayuda a prevenir enfermedades, reduce el riesgo de sufrir infarto al miocardio, puesto que es un ejercicio en el cual puedes regular de manera eficiente la intensidad a la cual trabajas en más de un 50%, fortalece la musculatura, el sistema óseo y mejora la salud mental, entre otros.
Respecto a la presencia física nos ayuda a mantener o reducir el peso corporal, como todo ejercicio de predominancia aérobica, ayuda a quemar esas calorías extras, para ello es importante controlar la intensidad y cantidad de tiempo que lo practiques. Otro beneficio relevante es que se irriga de forma más eficiente el músculo cardiaco, en conjunto todo esto es un buen complemento en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Así también, se cree que el andar en bicicleta solo activa muscularmente el miembro inferior (glúteos, cuádriceps e isquiotibiales), sin embargo, está demostrado que existe un alto compromiso muscular del CORE (palabra en inglés, cuyo significado es «centro» o «núcleo») y en menor medida del miembro superior. En términos generales sabemos que, el practicar regularmente ejercicio físico contribuye a mejorar nuestro estado de ánimo y a aumentar la sensación de bienestar.
La recomendación básica para comenzar a obtener algunos de los beneficios de andar en bicicleta y considerando que es una actividad de predominancia aeróbica, es de 20 minutos y siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, este debe ser a una intensidad moderada a vigorosa a lo menos 150 minutos a la semana para mantener el nivel de actividad física, si el deseo es incrementar el nivel de ello esta prescripción debe ser mayor en volumen o frecuencia de entrenamiento.
Sin embargo, el realizar ejercicio físico de manera regular, cualquiera sea el caso, requiere de ciertos cuidados y consideraciones básicas como medidas preventivas, y si consideramos algunos factores como los nombrados anteriormente (frecuencia, volumen e intensidad), o las características de la bicicleta como; altura del sillín, funcionamiento mecánico, condiciones de los neumáticos etc, no debiese haber complicación alguna.
En este caso, las lesiones o riesgos de lesiones son: la condromalacia rotuliana, la tendinitis rotuliana, del cuádriceps, isquiotibial o de la pata de ganso, la lumbalgia y dolor de cuello entre otros. Las principales precauciones a considerar son; utilizar una bicicleta en óptimas condiciones y adaptada a la morfología del usuario, realizar un buen calentamiento antes de comenzar el trabajo específico, durante el trabajo físico mantener una cadencia de pedaleo y exigencia física, regular la altura de sillín y manillar acorde a las características antropométricas del usuario, así como mantener un buen sistema de fijación de los pedales. Importante llevar siempre la implementación de protección como casco, guantes y rodilleras.