El 15 de junio es el “El Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez”, el que tiene por objetivo destacar los diferentes aspectos que afectan al diverso grupo de personas mayores de 60 años. Según la ONU, este tema no ha sido lo suficientemente visibilizado: de las pocas cifras con las que se cuentan, algunos países reportan tasas entre un 1% y 10% de prevalencia de violencia en su contra. Considerando esto, especialmente en esta fecha, es pertinente realizar un diagnóstico, y ver qué nos falta como sociedad chilena para ser justos con nuestras personas mayores.
Empecemos por la forma de nombrarlos: legalmente, las personas (independiente de si son hombres o mujeres), al cumplir los 60 años, alcanzan el estado de “adulto mayor”. En los últimos años, considerando un lenguaje más inclusivo y con enfoque de género, distintas entidades y grupos decidieron cambiar este término por “persona mayor”. De este modo, se cumplen dos objetivos: primero reconocemos su calidad de personas, y luego, su edad; segundo, al hablar de personas, incluimos tanto a mujeres como hombres.
Especialmente durante el último tiempo, las personas mayores han estado en la palestra de los medios de comunicación, por ser consideradas como un grupo de alto riesgo a sufrir las consecuencias de la COVID-19. El Observatorio de Estudios de la Sociedad de la UCSC realizó un análisis de la página web del MINSAL para detectar cómo se referían a las personas mayores de 60 años, considerando un rango de publicación desde el 3 de marzo de 2020 (cuando se confirmó el primer caso de COVID-19 en el país) hasta el 31 de diciembre del mismo año. De las 204 menciones que existían a personas de ese rango etario, las que presentaron mayor frecuencia fueron: “adulto mayor”, seguido por “persona mayor”, “tercera edad”, y finalmente “abuelos/as”. A este último término debemos ponerle atención.
El concepto de abuelo/a (y sus derivados) hace relación a que la persona tiene nietos/as. El punto es, que no todas las personas mayores son abuelos/as, y no todos los abuelos/as son personas mayores de 60 años. No podemos asumir el estatus de una persona simplemente por su género o su edad y si bien estas son sólo formas de referirse a alguien, son muy importantes, porque denotan la importancia (y el rol) que le damos a estos grupos en la sociedad chilena.
La violencia o el maltrato no sólo se puede manifestar de forma física, sino que también psicológica, y dentro de esta última, las palabras cobran una gran relevancia. Por eso son de suma importancia los términos que utilizamos para referirnos a las personas mayores. De esta forma, el llamado es a poner atención a cómo los denominamos: cuando las autoridades utilizan “nuestros abuelitos” para generalizar a las personas que tienen desde 60 años, demuestran que aún falta mucho en Chile para reconocer adecuadamente a este grupo tan heterogéneo.