Reflexión con la comunidad al término de la celebración del Mes de María - UCSC

Reflexión con la comunidad al término de la celebración del Mes de María

Por Monseñor Bernardo Álvarez

Vice Gran Canciller de la Universidad, Monseñor Bernardo Álvarez Tapia, comparte reflexión con la comunidad al término de la celebración del Mes de María

Queridos hermanos y hermanas de nuestra comunidad UCSC:

Les saludo con gran alegría, luego de haber celebrado la Solemnidad del 8 de diciembre en el Santuario del cerro La Virgen en Concepción, recordando el dogma mariano declarado por el Papa Pío IX en 1854 que posee una especial vinculación con la historia de nuestra Iglesia particular consagrada a su nombre. Este año participó una gran cantidad de peregrinos motivados por la tradicional devoción a la Virgen y por la oportunidad que regaló la peregrinación al Santuario al ser declarado como “lugar sagrado jubilar”.

En este contexto de fe y devoción, debemos recordar que nuestra UCSC, nacida de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción, comparte el hermoso vínculo filial con la Virgen María. El Evangelio que escuchamos este día (Lc 1, 26 – 38) describe la escena de la Anunciación como un cuadro que refleja el dinamismo fundamental en la vida cristiana: la Revelación de Dios, el discernimiento y la respuesta de la fe; todo esto aconteciendo en un momento histórico de la vida de María, su sí generoso y disponible culmina con la fecundidad y el servicio.

Pensando en el testimonio de la Virgen, recuerdo las palabras que nos dirigió el Papa León y su llamada a acoger tres retos para la educación, el primero, la educación de la vida Interior: “No basta con tener un gran conocimiento científico, si luego no sabemos quiénes somos y cuál es el sentido de la vida. Sin silencio, sin escucha, sin oración, incluso las estrellas se apagan. Podemos saber mucho del mundo e ignorar nuestro corazón. También a ustedes les habrá pasado alguna vez esa sensación de vacío, de inquietud que no les deja en paz. (…) Creo que detrás de estos sufrimientos también hay un vacío excavado por una sociedad incapaz de educar la dimensión espiritual, por estar centrada solamente en el ámbito técnico, social o moral de la persona humana. (…) Esto es lo que significa educar para la vida interior: escuchar nuestra inquietud, no huir de ella ni atiborrarla con lo que no sacia”.

Apreciemos esta llamada del Papa León que se vincula con el testimonio de María Santísima, que estos días previos a Navidad nos regalen el deseo del cultivo de la vida interior.

Monseñor Bernardo Álvarez Tapia
Obispo Auxiliar de Concepción
Vice Gran Canciller de la Universidad Católica de la Santísima Concepción