Resignificar memorias: Día Internacional de la Mujer Indígena

Por:

Katherine Brevis Arratia, Directora de Género UCSC

Dra. Natalia Baeza Contreras, Directora de Extensión Cultural UCSC

Las fechas conmemorativas nos invitan a detenernos y a mirar la historia desde nuevas perspectivas, preguntándonos qué memorias debemos reconstruir. Durante mucho tiempo, el Día Internacional de la Mujer Indígena, instaurado el 5 de septiembre de 1983 en Tiwanaku, Bolivia, pasó inadvertido. Hoy cobra relevancia, pues resignifica la historia y conecta con las raíces diversas de los territorios.
La fecha rinde homenaje a Bartolina Sisa, mujer aymara que lideró junto a Túpac Katari la rebelión anticolonial de 1782. Su figura y la de tantas otras mujeres indígenas recuerdan que la historia no solo está hecha de héroes masculinos, sino también de resistencias femeninas relegadas de los relatos oficiales.
Revisar estas conmemoraciones implica analizar críticamente las fuentes históricas, muchas veces coloniales, que muestran más ausencias que presencias. De ahí la necesidad de trabajar los archivos con perspectiva etnohistórica, visibilizando lo que ha sido silenciado.
En Chile, el Ministerio de Educación invita a los establecimientos a realizar actividades que releven el papel de las mujeres indígenas en lo cultural, social, educativo y político, abriendo espacios de diálogo intercultural. Pero surge la pregunta: ¿podemos hablar de interculturalidad cuando los saberes mapuche y de otros pueblos originarios siguen relegados en un sistema educativo sustentado en paradigmas occidentales?
Estas instancias nos recuerdan que la educación situada y con perspectiva de género atraviesa a toda la sociedad y es fundamental para construir conocimientos más amplios y respetuosos.
Desde los espacios universitarios, estas conmemoraciones deben transformarse en instancias de educación integral y aporte social. Abordadas desde la cultura, la extensión y la perspectiva de género, permiten reconocer la pluralidad de memorias que sostienen nuestras sociedades. Reconocerlas genera espacios de reflexión y construcción colectiva que enriquecen el presente.
Las universidades, como puentes de vinculación social y cultural, al incorporar la mirada de género potencian la innovación social y fortalecen los cruces entre academia, investigación, estudiantado y comunidades. Así, la memoria de las mujeres indígenas no solo se recuerda, sino que se proyecta como parte viva de los territorios que habitamos.
El 5 de septiembre no es solo un hito internacional: es un llamado a mirar críticamente la historia de Chile y a reconocer la vigencia y el aporte de las mujeres indígenas en la construcción de un presente más justo y diverso.