Con devoción y entusiasmo, más de 800 fieles participaron de la Ordenación Episcopal de los nuevos Obispos Auxiliares de la Arquidiócesis de Concepción: Monseñores Bernardo Álvarez y Óscar García. La ceremonia fue presidida por el Arzobispo de Concepción y Gran Canciller de la UCSC, Fernando Chomali, y realizada en el gimnasio de la Casa de Estudios.
“Lo que estamos viviendo hoy es un gran regalo de Dios”, sostuvo la autoridad eclesiástica, agregando que los nuevos Obispos están llamados a servir, a anunciar el evangelio, a santificar, a confirmar en la fe y a acompañar al pueblo de Dios.
De igual modo, agradeció la presencia de los asistentes, así como su alegría, su fe y amor a los sacerdotes. Asimismo, destacó la importancia del trabajo que realizarán el padre Bernardo y el padre Óscar en pos de la verdad y la unión de la Iglesia, labor que llevarán a cabo «como sucesores de los apóstoles, porque esto es lo que son”.
En su Homilía, el Gran Canciller solicitó a los nuevos Obispos Auxiliares ayudarse mutuamente a tener mayor profundidad espiritual “que no es otra cosa que conocer a Jesucristo, tener fe y seguir a Jesucristo, amar a Jesucristo. Reconocerse como pobre pecador, pero seguro que la gracia de Dios es mucho más fuerte que el propio pecado”.
En segundo lugar, a promover la fraternidad con insistencia, en las familias, en el corazón de los fieles, en las comunidades, en los colegios, así como en la universidad. “La fraternidad irradia y transforma, porque la fraternidad es amor y solo el amor transforma, el amor que viene de Dios y que nosotros manifestamos según el mandamiento del amor”.
En último término, los instó a un gran impulso solidario, que le permita a la Iglesia Católica sentirse sanamente orgullosa de la tarea que realiza, de darle dignidad al que no tiene techo, al migrante tan maltratado por la sociedad, al discapacitado.
“Dios quiera que el Señor los ayude con su gracia. Dios quiera que se sientan apoyados por esta hermosa comunidad que los ha venido a apoyar hoy. Dios quiera que, con ustedes, con más fuerza, junto al excelente presbiterio que tenemos en la Arquidiócesis y la Provincia Eclesiástica, podamos mostrar la belleza del Evangelio, ese Evangelio que nos transforma, que nos da sentido a la vida, ese Evangelio que es camino, verdad y vida y que se llama Jesucristo nuestro Señor”, concluyó el Arzobispo de Concepción.