“Biogeografía evolutiva de los poliplacóforos del Pacífico Sureste”, fue el nombre de la conferencia organizada por la Facultad de Ciencias de la UCSC en el marco del aniversario de esta Unidad y la celebración de los 10 años de la Sociedad Chilena de Evolución. Su propio Presidente, y quien es ex alumno de Biología Marina, el Dr. Christian Ibáñez, fue el encargado de encabezar este encuentro académico.
Ibáñez, quien es actualmente académico de la Universidad Andrés Bello, es Doctor en ecología y biología evolutiva por la U. de Chile, y es tutor de tesis en el Magister de Ecología Marina que dicta la Facultad de Ciencias de la UCSC. Apasionado por esta disciplina, escogió el camino de la academia, donde desarrolla investigación y encuentros con pares para la divulgación de conocimiento, que en este caso, le permitió compartir el trabajo realizado en el marco de un proyecto Fondecyt que ya está en su último año de ejecución.
El proyecto Fondecyt, que lleva a cabo junto a pares de la U. católica del Norte y de la U. de Chile, además de dos colaboradores internacionales, uno de la Academia de Ciencias de Rusia y el otro de la U. de California, combina información fósil molecular y de distribución de los poliplacóforos, grupo de moluscos llamados también quitones.
Los quitones poseen una concha característica, dividida en ocho placas, y se adhieren a las rocas en el mar. “Son interesantes de estudiar, pues existe disponibilidad de registros fósiles, se pueden encontrar hasta 600 individuos por metro cuadrado, con un alto endemismo, -o propias de un determinado lugar-, y son muy sensibles a los cambios ambientales”, explicó el científico, agregando que existen fósiles del periodo ordovísico, de hace 500 millones de años, mostrando que poseen básicamente la misma estructura que tenían entonces, la que les permite enrollarse y meterse en grietas de rocas.
En Chile hay cerca de 40 especies, y son una especie relevante desde el punto de vista ecológico porque se alimentan de algas y forman parte del ecosistema intermareal, explica Ibañez, agregando que no obstante, no han sido muy estudiados desde el aspecto evolutivo. «En el futuro, también quiero ver si en los registros fósiles uno ve los mismos patrones que uno encuentra en los datos genéticos, junto a otras características ecológicas, para proponer nuevas hipótesis»