Una de cada cuatro personas sufre de algún trastorno de salud mental en algún momento de la vida, siendo la depresión y trastornos relacionados los más frecuentes, ocupando el cuarto lugar en el ránking de “los males globales”, los que según la OMS después de esta pandemia, subirán probablemente a la segunda posición.
Ahora bien, la actual situación sanitaria sin duda es estresante para muchas personas. La preocupación, el temor y la ansiedad con respecto al contagio pueden ser agobiantes y generar emociones fuertes tanto en adultos, personas mayores como en niños. Esto puede provocar cambios en los patrones de sueño o alimentación, dificultades para dormir o concentrarse, así como el agravamiento de problemas de salud crónicos y de salud mental.
¿Cuáles son los cambios a los que debo estar atento?
Es importante tener claridad que cada persona reacciona de manera distinta a las situaciones de estrés y va a depender de la historia personal de cada uno, los aspectos que lo diferencian de otras personas y de la comunidad en la que vive. Así, los adultos mayores y personas con enfermedades crónicas que tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente pueden sentirse más afectados, así como los niños, niñas y adolescentes. Pero también aquellos que están directamente trabajando en el área salud y expuestos al contagio de manera permanente, y las personas con algún trastorno de salud mental previo o que posean un consumo problemático de sustancias. Por lo mismo, se insta a que estas personas continúen con sus tratamientos y que estén atentas a la aparición de nuevos síntomas o su agravamiento.
¿Cuáles pueden ser nuestras mayores preocupaciones?
Para muchos, la mayor preocupación es a enfermarse gravemente, pero también preocupa la posible interrupción de los servicios atención médica y, el sentirse socialmente aislados, especialmente si viven solos. Esto se agudiza, si además poseen problemas de salud mental anteriores, viven la escasez de recursos o sufre algún tipo de discriminación. Cada persona vive este Covid de manera distinta.
¿Qué hacer?
Podría decirle que tome descansos, deje de escuchar noticias alarmantes o deje de utilizar de manera desmedida las redes sociales, cuidar su alimentación, hacer ejercicios, dormir bien, relajarse, realizar actividades agradables para usted y comunicarse con su familia y entorno. Sin embargo, en ocasiones es necesario pedir ayuda. Darse cuenta, cuando uno requiere ayuda externa, es importante.
¿Cuándo pedir ayuda?
No hay una receta para ello, pero podría señalar que es necesario buscar ayuda cuando sienta que su estado de ánimo ha bajado y predomina la tristeza, y esa tristeza ya no es sólo un momento o un día, cuando aparece el miedo en situaciones donde antes no lo había, si la ansiedad es frecuente, si no puede controlar sus emociones, cuando ha intentado hacer cambios y no ha funcionado.