Nadie duda de la importancia del ambiente laboral en la conducta de las personas. Cuando percibimos una situación como amenazante nuestra conducta se afecta negativamente y, por el contrario, si percibimos una situación como amable y acogedora, nuestra conducta responde a ello con disposición.
Si las situaciones amenazantes son hechos aislados, generalmente las podemos manejar, pero si se mantienen en el tiempo, producen estrés y afectan nuestro estado de ánimo, generando una sensación de insatisfacción que puede afectar nuestra calidad de vida laboral.
En ambientes tóxicos las personas manifiestan conductas donde predomina la falta de cooperación, reconocimiento y disposición, no se visibilizan las necesidades de las personas y no se valoran sus aportes, obstaculizando la autonomía y creatividad.
En ambientes nutritivos se delega y confía en las personas y éstas se conectan con las necesidades de los otros. Las personas son generosas emocionalmente; acogen, contienen, escuchan y reconocen.
Este último punto es central, pues justamente uno da cuenta del tipo de ambiente con la sola presencia o ausencia de esa simple acción; el reconocer al otro; saludarlo, decir lo que hizo bien, señalar lo que debe mejorar, pero por sobre estar disponible para la persona, por el solo hecho de ser persona”.
¿Qué conductas no aportan?
Por tanto, le invitamos a contribuir en la UCSC para generar ambientes nutritivos y evitar conductas que no aportan. En la medida que cada persona asuma sus responsabilidades y sea consciente de su conducta y lo que provoca en las personas, podrá actuar de una manera “más sana” en el trabajo y en su vida en general.