Con el compromiso de llevar esperanza y acompañamiento a quienes más lo necesitan, más de 40 miembros de la Comunidad Universitaria UCSC partieron rumbo a Pinto para participar en las Misiones de Invierno 2025. La experiencia, que se desarrolla entre el 28 de julio y el 2 de agosto, forma parte del trabajo formativo y evangelizador impulsado por la Dirección de Pastoral de la Universidad.
La jornada comenzó con una misa de envío celebrada en la Capilla Santa María Reina, donde los misioneros fueron bendecidos y enviados como “peregrinos de esperanza”. Desde entonces, recorren calles, hogares y comunidades del sector compartiendo el amor de Cristo, con acciones centradas en la fe, el encuentro humano y el servicio.
“Durante su estadía, los participantes realizan visitas casa a casa, bendición de hogares, apoyo, reparación de inmuebles y espacios, talleres para distintas edades, unción y acompañamiento a personas enfermas, y celebraciones diarias de la Eucaristía en el templo parroquial. Además, llevan consigo la imagen de la Virgen Peregrina como signo de consuelo, fe y cercanía”, Francisco Burgos, Coordinador de Voluntariados de la Pastoral UCSC.
La experiencia contempla también espacios de oración, autoconocimiento y formación espiritual, que permiten a los estudiantes conectarse entre sedes y campus, conocer distintas realidades sociales del territorio, y generar vínculos significativos con la comunidad local.
Junto con las actividades pastorales, el programa incluye instancias recreativas como una mateada y un bingo comunitario, que se realizará este viernes con los vecinos del sector. Además, el Vicedecano de la Facultad de Medicina, Dr. Erik Álvarez, ofrecerá una función de títeres para niñas y niños de la comunidad, en una jornada pensada para compartir con alegría y cercanía.
Las Misiones de Invierno no solo convocan a estudiantes, sino también a coordinadores de sedes del Instituto Tecnológico UCSC, funcionarios de la Pastoral y el Pbro. Sebastián Uribe, párroco de Pinto y capellán de la Sede Chillán, quienes acompañan a los misioneros en su labor.
La instancia representa una oportunidad concreta para vivir la fe desde el encuentro fraterno, la escucha activa y el servicio. Además de fortalecer la espiritualidad personal, las misiones permiten a los estudiantes comprender la realidad de otras comunidades y poner en práctica valores como la empatía, el compromiso social y la solidaridad.