A nivel nacional y mundial es mayor la concientización sobre el autismo. Si bien las cifras son variables se estima que en Chile la prevalencia de niños con este trastorno es de uno por cada 51 niños de entre 18 y 30 meses de edad. Este dato fue entregado por la Revista Chilena de Pediatría en 2021, aunque sólo consideró a 272 niños que asistían a control sano en dos Centros de Salud Familiar de dos comunas urbanas de la capital.
En la sintonía con lo anterior, la Asamblea General de las Naciones Unidas, decretó el 2 de abril de cada año como El Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo y busca poner énfasis en la necesidad de contribuir a una mejor calidad de vida de quienes tienen esta condición.
Para comenzar el autismo o Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo, que acompaña a la persona durante toda la vida y que puede coexistir con cualquier otra condición, incluyendo la discapacidad intelectual, aunque no necesariamente una persona con autismo tiene discapacidad intelectual.
La docente de Pedagogía en Educación Diferencial de la UCSC, Nataly Meza, comentó que aún no están claros los factores que lo provocan, sin embargo, se sabe que es un trastorno del neurodesarrollo, por lo tanto, puede deberse a un factor genético. Asimismo, los componentes ambientales interfieren en la proyección o en pronóstico evolutivo de la persona.
Diagnóstico y autonomía
“A temprana edad es importante observar el desarrollo del lenguaje y la intención de comunicarse con otros, asimismo el contacto visual con otras personas (incluso se ha documentado que madres notan bajo contacto visual con ellas desde los primeros meses al momento de la alimentación). Así mismo, la actividad motora también ocupa un lugar importante por lo que se debe estar atento a movimientos estereotipados, caminar en punta de pies, entre otros”, explicó Meza.
La profesional manifestó que el diagnóstico puede partir desde los dos años en niños con características muy marcadas, pero en los casos de personas con mayor capacidad cognitiva, comúnmente el diagnóstico es con mayor cantidad de años. “La recepción del diagnóstico es un proceso difícil y muchas veces provoca grandes reajustes a nivel familiar. Por lo tanto, se recomienda que siempre se busque apoyo e idealmente se inicie un proceso de intervención transdisciplinario con profesionales de la educación y salud”.
Uno de los mayores temores por parte de los padres y/o tutores de niños con diagnóstico reciente es la independencia que puede lograr en su etapa adulta. Sobre aquello, la especialista indicó que dependerá de sus habilidades y de lo favorecedor o estimulante que sea el medio: “Efectivamente, como cualquier otra persona pueden ser profesionales, tener una vida laboral, familiar. El autismo no es impedimentos para el desarrollo de las distintas áreas de la persona humana”.