La falta de información, políticas públicas insuficientes y deficiencias en la identificación de donantes, son algunos desafíos claves.
Cada 27 de septiembre se conmemora el Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos con la invitación a conversar en familia y a reflexionar sobre la importancia de la donación de órganos para darles una segunda vida. En Chile, la ley considera donantes de manera automática a las personas mayores de 18 años, a menos que expresen lo contrario en vida, mientras que los menores de edad requieren la autorización de sus padres o representantes legales.
Uno de los factores que lleva al aumento constante de las listas de espera de pacientes necesitados de trasplantes -a menudo con resultados trágicos-, es la resistencia de la población a la donación de órganos. Este fenómeno se atribuye a varios factores, como la dificultad para aceptar la propia mortalidad en una sociedad enfocada en el éxito. Así lo explica la enfermera de la Facultad de Medicina, Sara Macaya, quien agregó como otras causantes la falta de diálogo familiar sobre la donación, la desconfianza en las instituciones encargadas del proceso, temores relacionados con el proceso de donación y mitos difundidos, que se transforman en obstáculos significativos.
“La falta de información, políticas públicas insuficientes y deficiencias en la identificación de donantes son desafíos claves en el ámbito de la donación de órganos. La asignación y distribución de órganos de donantes fallecidos, se basa en listas de espera administradas por el Instituto de Salud Pública, que prioriza a los receptores según la gravedad de su situación y el tiempo que han estado en la lista. Estas nóminas son nacionales y abarcan a pacientes de todos los sistemas de atención médica, ubicación geográfica y niveles socioeconómicos”, indicó Macaya.
Cuando alguien con una lesión cerebral grave recibe soporte médico en un centro de atención, a veces, a pesar de los esfuerzos médicos, pueden cumplirse criterios neurológicos para declarar la muerte. La ley chilena exige que la muerte por criterio neurológico sea confirmada por dos médicos diferentes, ninguno de los cuales participará en el trasplante.
Entonces, el trasplante es una opción valiosa para mejorar la calidad de vida de los pacientes, aumentar su sobrevida y bienestar físico, psicológico y social. La conversación familiar es crucial porque, según la Ley de donación y trasplante en Chile, la familia no tiene la facultad de decidir en contra de la voluntad de donar expresada por el ser querido en vida. En lugar de eso, deben asegurar el cumplimiento de esa voluntad que les ayudará a sobrellevar su duelo y pensar que a través de la donación, su ser querido permanece vivo.
La especialista concluyó que “las emociones desempeñan un papel fundamental en la donación de órganos, un acto altruista y de amor incondicional, en el que una persona o su familia confirman la decisión de donar órganos y tejidos para salvar vidas. Para promover la donación, es esencial implementar políticas públicas sólidas, educar, desmitificar la noción de muerte encefálica y sensibilizar a quienes pueden donar pero se abstienen, así como a sus familias”.