Día Nacional del Nutricionista: una profesión comprometida en combatir una enfermedad mundial

Cada 6 de mayo se recuerda la apertura de la primera escuela de Dietistas de Chile en 1939, fecha que se convirtió en el Día Nacional de Nutricionistas. Una profesión trascendental que pretende generar hábitos y prevenir problemas epidemiológicos como lo es la obesidad.

Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), detalladas en el informe “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina 2016”, un 63 por ciento de la población adulta en Chile tiene sobrepeso u obesidad, lo que se debería principalmente al sedentarismo y a la alimentación errónea, donde los excesos de grasa y azúcares están presentes.

Un problema que se replica a nivel mundial y que obliga a los profesionales de la nutrición a generar nuevas estrategias para combatirlo. Así lo explicó Jacqueline Ibarra, Jefa de Carrera de Nutrición y Dietética de la UCSC, quien sostuvo que “nuestro aporte es valioso, pues nos enfocamos principalmente a la prevención de enfermedades, además somos actores protagonistas de los cambios epidemiológicos de nuestra población. La alimentación es una de las necesidades básicas del ser humano y el saber seleccionar los alimentos que consumimos es una tarea fundamental para mantener una óptima salud”.

Así, la contribución de dichos profesionales en el equipo de salud es indudable, ya que el mejorar o modificar los hábitos alimentarios, es una tarea compleja donde la educación a la población es fundamental.

“A nivel país existen las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos (GABA), que son mensajes claves para incorporar adecuados hábitos en la población. También es importante considerar que las redes sociales nos permiten tener acceso a mucha información, pero esta debe ser manejada por especialistas en el tema”, comentó Ibarra.

La Jefa de Carrera concluyó que los principales desafíos a nivel país son mantener el autocuidado y una adecuada alimentación, ya que de eso dependerá el nivel de vida que tengan las personas, considerando el perfil demográfico de una población envejecida.

“Otro desafió importante, es el trabajo con la industria alimentaria, en la elaboración de alimentos ´sanos y la educación en, por ejemplo, saber leer e interpretar los símbolos negros incorporados en el etiquetado de los alimentos. Aunque nuestro gran desafío es ingresar al sistema educacional (colegios), ya que con intervenciones a temprana edad y formación de adecuados hábitos alimentarios, lograremos una población sana”, sentenció la académica.