Estimados estudiantes:
Es motivo de profunda alegría recibirles en nuestra Universidad Católica de la Santísima Concepción. Sean mis primeras palabras de gratitud a Dios por este momento y por darnos el magnífico regalo de que cada uno de ustedes sea desde ahora parte de nuestra comunidad y de nuestra familia universitaria.
Los últimos dos años, han sido de grandes desafíos para nuestra Universidad, para la Región y para Chile en general.
2010 se inició con el devastador terremoto de febrero 27 del que se cumplen dos años.
Esos 2 minutos y medio, que aún resuenan en la memoria, bastaron para trastocarlo todo y para recordarnos que lo material y lo sólido tenido por sustento, está sólo de paso. Los espacios y el tiempo de nuestra vida los tenemos prestados. Ese terremoto 8,8 sirvió para recordarnos que lo realmente importante son las personas, es la vida y lo que hacemos con ella.
Desde ese mismo día, la Universidad no ha parado de trabajar con el objetivo de ayudar en la reconstrucción. Lo primero que hicimos fue ocuparnos de averiguar qué sucedió con cada miembro de la Universidad, incluyendo a nuestros estudiantes y sus familias. Tus compañeros más antiguos de carrera te pondrán decir que estas no son sólo palabras, ya que toda la Universidad se movilizó para llevar ayuda y dar aliento a cada miembro de nuestra Casa de Estudio en sus Campus en Concepción, Talcahuano, Cañete, Chillán y Los Ángeles.
El Gimnasio del Campus San Andrés -donde hoy te encuentras-, fue centro de acopio y distribución de cientos de toneladas de ayuda que la Iglesia Católica entregó en la Región. Los estudiantes de todas las carreras se sumaron a los voluntarios que distribuyeron ayuda y colaboraron en los primeros meses después de la catástrofe. Aún hay actividades solidarias que se continúan realizando desde entonces. Si sientes el llamado a servir a los más necesitados averigua en tu Facultad o en la Dirección de Pastoral cómo puedes colaborar ya que la reconstrucción aún no finaliza.
En 2011 el mayor desafío que enfrentamos no vino de la naturaleza, sino que del movimiento estudiantil, cuyas motivaciones, duración y consecuencias más inmediatas ustedes bien conocen. Sin embargo para nuestra Universidad esto no tuvo grandes consecuencias, ya que empleamos las encuestas y el diálogo directo con los estudiantes para detectar los problemas corrigiéndolos tan pronto como le es posible. El año pasado nuestra Universidad fue una de las tres del Consejo de Rectores que terminó el primer semestre sin ninguna interrupción y hoy es la primera de la Región que está iniciando el nuevo año académico.
Nuestra Universidad privilegia el trabajo en un ambiente de respeto al derecho que tiene cada estudiante de recibir la formación y los servicios a los que se comprometió el día que se matricularon con nosotros. Les invito a que nos colaboren a generar un ambiente de entendimiento y de trabajo académico propicio para que cada miembro de nuestra comunidad universitaria cumpla sus sueños, llegando a ser lo que su vocación le pide.
Ésta, que desde hoy es tu Universidad, sabe con claridad para que nació y cual es la misión que ha recibido de la Iglesia Católica que la creó: sabe que nació para estar al servicio de la sociedad y de cada persona a fin de que cada cual crezca en dignidad y desarrolle sus talentos al máximo de sus potencialidades.
La Universidad y cada uno de nosotros, está llamada a cumplir una misión que nadie más puede cumplir por uno. Les invito a no perder de vista el motivo por el cual llegaste a estudiar con nosotros, les invito también a que nos apoyemos mutuamente, y a pensar en el otro como se piensa en un miembro de nuestra familia. Y como ocurre en la familia, para dar a conocer lo que no nos parece bien, existe la palabra. Necesitamos solamente la disposición para el diálogo. Tengan la certeza que la Universidad dispone de los mecanismos para escucharles y para dialogar, de ustedes pedimos esa misma disposición.
La Universidad te apoyará para que encuentres tu verdadera vocación y para que te formes integralmente. Esto va más allá de estudiar sólo las materias de tu disciplina o profesión, hay mucho más que aprender para formarse integralmente como persona. Esta semana de acogida que ha sido pensada para ti, incluye talleres y actividades que te ayudarán a orientarte en ese sentido.
Como Rector les agradezco a ustedes y a sus familias por confiar tu formación a la Universidad Católica de la Santísima Concepción.
Que Dios les bendiga y les permita cumplir sus sueños.
Muchas gracias
Dr. Juan Miguel Cancino
Rector