No basta, por los hechos, con que la ley asuma que todos los chilenos son donantes a menos a que certifique lo contrario –la llamada Ley de donante universal-, y que familias y niños abran las puertas de su pieza en un hospital para mostrar como mantienen su esperanza –y la desesperación-, en la espera por un órgano que les permita seguir con vida.
Hace unos meses el país pudo ver el caso del pequeño León Smith de cuatro años de edad, quien por meses fue prioridad nacional para un trasplante de corazón, oportunidad que nunca llegó. Esa es la realidad alarmante que está tras las cifras que exhibe Chile en materia de donación de órganos. Si se compara con otros países del mundo, mientras España tiene una tasa de 35,1 donaciones efectivas por millón de habitantes, Chile solo llega a 7 por millón, según registra la Corporación del Trasplante. Además, y de manera preocupante, ha aumentado la negativa de los familiares de los potenciales donantes, que en 2015 fue de un 53%. Solo una pequeña luz surge en la cantidad de donantes y trasplantes a febrero de este año, que es superior a la misma fecha en 2015. De ahí se entiende la angustia de los pacientes y familias que están en las listas de espera.
Actualmente, más de 1800 personas esperan por un trasplante, ya sea de riñón, hígado, pulmón y corazón. Y no es difícil que alguien llegue a ser parte de esas listas: una hepatitis que se complica, alguna enfermedad pulmonar, una patología hereditaria o congénita pueden caer en esa condición.
Literal: donar órganos es dar vida
Ser donante no solo es una declaración, que marca la diferencia entre la vida y la muerte de una persona, también puede significar la oportunidad de extender muchas vidas, y por muchos años. ¿Qué es ser donante? Significa que luego de confirmarse el fallecimiento de una persona, como explica Daniela Lagos, Enfermera Coordinadora de Procuramiento del Hospital Higueras de Talcahuano –campo clínico de la Facultad de Medicina UCSC-, los órganos están en condiciones para ser procurados y trasplantados en otra persona que esté dentro de la lista de espera nacional y que cumpla algunos criterios como compatibilidad y otros más específicos según el órgano.
Un solo donante puede donar órganos a alrededor de 7 u 8 personas, pero si consideramos tejidos, como córneas, piel, hueso, más de 12 se pueden ver beneficiadas, salvando sus vidas o mejorando significativamente la calidad de ellas detalló la enfermera. «Como coordinadoras de procuramiento nosotras preguntamos a la familia cual era la voluntad de su ser querido y si respetarán su decisión en vida en caso de haber querido ser donante. Si acceden a donar ellos determinarán que órganos quieren donar y por nuestra parte los mantendremos al tanto de todo el proceso», explicó la profesional.
Donantes por ley
Como explica el abogado y académico de Derecho de la UCSC, Rodrigo Fuentes, con la figura del donante universal, ingresada a las normativas nacionales en 2010, toda persona mayor de 18 años es considerada, por el solo ministerio de la ley, donante de órganos una vez fallecida, a menos que en vida hubiere manifestado voluntad contraria.
La ley, explica el abogado, burocratiza la manifestación de voluntad contraria a la donación, la que debe constar en documentación fidedigna otorgada ante notario. Además, en igualdad de condiciones, será preferido aquél receptor de órganos que sea donante.
Para ser un donante efectivo