La pandemia y el confinamiento asociado, nos llegaron de pronto, sin previa inducción. Intentamos organizar nuestro rol de trabajadora, madre o esposa, junto a los de hija, nieta, tía, amiga, vecina y dirigente, sin embargo, por alguna extraña razón, mantenemos la sensación de no cumplir a cabalidad. Nos levantamos temprano y en ocasiones nos acostamos muy tarde, cansadas y sobreexigidas.
Sin duda, este periodo nos entrega una mejor comprensión de las profundas implicaciones que tienen los roles de género y una mayor disposición a cambiarlos, pues la situación de confinamiento hace más visible que nunca, la asimétrica distribución de la carga de trabajo vinculada por sobre todo a lo doméstico.
La corresponsabilidad cobra valor con el teletrabajo, pues trasladamos nuestro trabajo a nuestros hogares, por lo que necesitamos reorganizar, organizar y negociar los roles al interior de la familia, en torno a las tareas domésticas, cuidado de hijos y de contención emocional.
La idea es que la pareja no solo apoye, sino “comparta” la crianza de los hijos, su contención emocional y las tareas domésticas. Así, el padre comparte tareas al jugar con los niños/as, revisar sus tareas, bañarlos y acostarlos y además puede participar en la preparación de sus comidas, la administración de medicamentos y la educación emocional.
También se sugiere reducir las expectativas o exigencias. Es decir, reducir el nivel de estrés habitual en torno a lo doméstico, identificando las labores imprescindibles de las que no son y, por supuesto, aumentar la participación de los otros integrantes de la familia en la planificación y ejecución de las tareas domésticas.
Sin duda, el autocuidado nos ayudará a sentirnos mejor y poder cuidar de nuestro entorno, para ello recomiendo mantener la higiene mental, una actitud positiva y de aprendizaje y crecimiento. Para eso hay que crear una rutina diaria propia y tratar de mantener ciertos horarios.
Esta rutina diaria debe contener teletrabajo para quienes pueden hacerlo, responsabilidades domésticas (compartidas con todos los integrantes de la familia), ejercicios físico y actividades de ocio. Otro punto importante es que si bien, es necesario mantenerse informada sobre lo que está ocurriendo, hay que limitar la exposición y seleccionar las fuentes.
Finalmente, es muy importante estar conectado con personas queridas, regular los espacios de descanso, alimentarse de forma saludable, y por sobre todo buscar ayuda psicológica si nota que algo no anda bien en su estado de ánimo.