Estudiante obtiene el tercer lugar en concurso de fotografía científica - UCSC
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Estudiante obtiene el tercer lugar en concurso de fotografía científica

Por Fernanda Cifuentes

La imagen capturada por el tecnólogo médico con mención en Oftalmología y Optometría, Matías Carrillo, muestra una inmunotinción del transportador de glucosa GLUT1 y los núcleos celulares en criocortes de retina de ratón.

“Dulce retina: el coreógrafo bioquímico invisible” es el título de la foto con la que Matías Carrillo, estudiante del Magíster en Ciencias Biomédicas de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, obtuvo el tercer lugar en el concurso de fotografía científica de la V Jornada de Actualización e Innovación, organizada por la Asociación de Tecnólogos Médicos en Oftalmología y Optometría de Chile (ATEMOOCH), realizada en la ciudad de Santiago.

La fotografía muestra una imagen de la retina de ratón en la que se observa la presencia de GLUT1, una proteína clave que transporta glucosa y es fundamental para el correcto funcionamiento de las células del ojo. Matías Carrillo señaló que «a través de colores fluorescentes, quise representar esa especie de ‘danza invisible’ que ocurre dentro del ojo, una danza que muchas veces damos por sentada. Más allá de lo técnico, la imagen busca mostrar cómo la ciencia también puede ser arte, y cómo, desde la tecnología médica, podemos contribuir a entender y prevenir enfermedades visuales como la retinopatía diabética».

El proceso de tomar la fotografía fue muy especial para el Tecnólogo Médico con mención en Oftalmología y Optometría, ya que esta imagen surgió a partir del primer corte de tejido que realizó con sus propias manos en un criostato, un equipo que corta muestras extremadamente delgadas a temperaturas bajo cero. Matías indicó que «aunque ya había trabajado con otras técnicas, era la primera vez que completaba todo el proceso, desde preparar la retina hasta capturar la imagen. Esto ocurrió en los laboratorios de la UCSC, donde estoy realizando mi tesis de magíster. Cada paso fue un aprendizaje, y ver finalmente la imagen en el microscopio fue emocionante, ya que estaba observando el resultado de mi trabajo y, al mismo tiempo, un reflejo de lo que somos capaces de lograr desde nuestra disciplina».

Para realizar la fotografía, el estudiante utilizó un microscopio de fluorescencia y técnicas de inmunofluorescencia, que permiten “iluminar” proteínas específicas dentro de los tejidos. En este caso, marcó GLUT1, una proteína clave en el metabolismo de la retina. Para preparar la muestra, empleó un criostato, que corta el tejido a temperaturas extremadamente bajas. Luego, ubicó el ojo en la posición deseada, puesto que su objetivo era obtener cortes del nervio óptico, lo que representó un gran desafío técnico. Lo más valioso para Carrillo, sin embargo, fue aprender a combinar todas estas herramientas para contar una historia científica a través de una imagen.

Matías mencionó que «cuando vi la imagen por primera vez en el microscopio, fue un momento de emoción y orgullo, porque era la primera vez que lograba completar todo el proceso desde cero. También fue una señal de que, como Tecnólogos Médicos, podemos ir más allá del diagnóstico clínico y ser parte activa de la investigación científica. De hecho, soy el primer Tecnólogo Médico con mención en Oftalmología y Optometría de mi universidad en ingresar al Magíster en Ciencias Biomédicas, y pienso que esto es solo el comienzo. Tenemos mucho que aportar en la búsqueda de nuevas soluciones para enfermedades complejas, y este tipo de experiencias nos conectan con esa misión».