Por Javier Martínez G.
“Perspectivas de la geomorfología fluvial en la ingeniería y la vida” se denominó el seminario organizado por el proyecto 68-InES y OTL 210016 financiados por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y el programa Fulbright Specialist.
El encuentro, enmarcado en las Jornadas y Talleres Nacionales e Internacionales en Recursos Hídricos de la UCSC, tuvo lugar en al auditorio del edificio San José Obrero de la UCSC, reunió a la Dra. Elowyn Yager y al Dr. Andrew Tranmer, ambos investigadores en el Centro de Investigación de Ecohidráulica de la Universidad de Idaho.
Tranmer sostuvo que las sociedades humanas dependen fundamentalmente de los sistemas fluviales para existir. “Los usamos para suministrar agua para beber, agricultura, industria, así como para la eliminación y dilución de aguas residuales. Sin embargo, cuando las sociedades se desarrollan a lo largo de estos ríos, tienden a construir mucha infraestructura para proteger a las comunidades y manipular el flujo de agua a los lugares necesarios”, planteó.
Por ejemplo, indicó que la ciudad de Concepción desvía agua para beber y las plantas de celulosa hacen lo mismo para usos industriales a través de estructuras y canales de desvío. “La mayoría de las veces no comprendemos las consecuencias ecológicas de estos componentes de infraestructura después de que los instalamos. Este puede generar un problema durante eventos extremos como inundaciones porque pueden causar erosión y daño estructural, o bien, pueden cambiar la forma del río afectando las especies acuáticas que allí viven”, expuso.
Sumó que estos impactos pueden ser particularmente graves en las grandes ciudades como Santiago, donde los pequeños arroyos pueden cubrirse por completo y convertirse en tuberías. En su trabajo con el Dr. Diego Caamaño en la UCSC, han estado analizando cómo estos cambios estructurales en los arroyos afectan la complejidad física y el hábitat acuático en entornos urbanos y rurales.
“Hemos descubierto que los diques, las grandes estructuras de tierra que corren paralelas al río para proteger a las comunidades durante las inundaciones, pueden alterar fundamentalmente el carácter y la estructura del sistema fluvial”, ejemplificó.
Mientras que la Dra. Elowyn Yager comentó durante el seminario que la vida en el planeta influye en la geomorfología, que es el estudio de los procesos que controlan la formación de la superficie terrestre.
“En particular, discutí cómo la vegetación, los insectos (tricópteros) y los peces (salmón) afectan el movimiento de sedimentos en los sistemas fluviales. El desplazamiento de los sedimentos ayuda a controlar la forma (ancho, profundidad, curvatura) de los ríos. Estos seres vivos pueden tener un gran impacto en el transporte de sedimentos en los ríos y, por lo tanto, pueden afectar la forma de los afluentes en escalas de tiempo más largas. La eliminación o adición de cualquier criatura viviente a un río puede afectar el curso fluvial de maneras que no hemos previsto y por consiguiente incluido en la gestión, manifestó.
El objetivo del seminario fue acercar a los alumnos de pre y postgrado de la facultad de ingeniería a la morfología fluvial, que corresponde a una temática interdisciplinaria en la que los ingenieros tienen un rol relevante representando e interpretando física y matemáticamente los procesos naturales que ocurren en los sistemas fluviales.