Por Javier Martínez G.
Las universidades son espacios donde se generan ideas que pueden ser relevantes para la industria y el entorno. Por eso que es importante proteger los proyectos y en ese contexto se desarrolló en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, el taller “Academia de herramientas habilitantes en transferencia tecnológica con tópicos avanzados”, dictado por Francisco Bavestrello, consultor senior de patentes en Clarke Modet Chile.
El encuentro, en que participaron académicos e investigadores de las facultades de Ingeniería, Medicina y Ciencias de la UCSC, se enmarcó en el proyecto 68-InES, “Fortalecimiento del ecosistema de innovación basada en I+D y transferencia tecnológica de la UCSC”, que busca potenciar las capacidades de gestión de la innovación basada en investigación y desarrollo, transferencia tecnológica y competitividad nacional e internacional de la Casa de Estudios, que se articuló con los proyectos Ingeniería 2030, Ciencia 2030 y el OTL 210016, todos financiados por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) Chile.
Cambios en la academia
Francisco Bavestrello afirmó que la trascendencia de patentar un producto pasa porque la idea transita a un bien transable, es decir, se sabe quién es el dueño, obtiene protección y alcanza un monopolio en un país por un tiempo determinado.
Agregó que la academia ha cambiado mucho en su forma de ver sus investigaciones. “Partí en el 2004 y en ese tiempo las patentes eran pocas, había más papers, pero han aprendido que es importante registrar, proteger por medio de propiedad industrial o intelectual, patentar o diseñar, y luego publicar. Esto está asociado a la política de innovación que tenga la universidad, además del papel que tengan los investigadores”, remarcó.
Otro punto que resaltó el ingeniero civil industrial de la Universidad Técnica Federico Santa María, con más de 19 años de experiencia en gestión de estrategias, planificación de actividades y evaluación de proyectos, es que en los años 2003 y 2004 eran pocas las universidades que tenían Oficinas de Transferencia Tecnológica (OTT), pero hoy no se concibe una casa de estudios sin esta unidad. “Todas necesitan una instancia como esta, para que el desarrollo de la I+D pase a un registro, a fin de que la universidad sea dueña de algo que está plasmado y aceptado en un país”, subrayó.
A su vez, el Dr. Claudio Oyarzo, decano de la Facultad de Ingeniería de la UCSC, indicó que es muy importante que los académicos se interioricen sobre estos temas, porque “trabajamos constantemente en colaboración con la industria y la misión de la ingeniería es generar soluciones para problemas que tenemos del entorno”.
Por lo tanto, dijo que seguir valorizando la generación de este tipo de productos es de especial interés para todos. Además, que es importante tener claridad sobre los conceptos asociados a este tema, junto a las alternativas existentes en la carrera académica.
Mayor visibilidad
Mientras que la Dra. María Cristina Yeber, académica de la Facultad de Ciencias y directora ejecutiva de Ciencia 2030 de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, señaló que este tipo de encuentros son de gran relevancia, ya que el patentamiento, como producto del trabajo innovador, permite tener mayor visibilidad y prestigio a la institución y aporta el desarrollo tecnológico del país, además de adquirir cada vez mayor conocimiento acerca de estas temáticas, lo que evita caer en algún error en el futuro.
La idea es que la Comunidad Universitaria participe de este tipo de encuentros que organiza la Dirección de Innovación de la UCSC, que busca acercar sus capacidades a los académicos, estudiantado y personal.