Desde que llegó el Covid-19 a Chile, varias empresas se han adaptado a este nuevo escenario, manteniendo la productividad, a través del teletrabajo o home office. Así, esta nueva metodología ha cobrado gran protagonismo, pudiendo brindar al trabajador varias ventajas, como el consiguiente ahorro de tiempo en traslados, bajo gasto en movilización y mayor tiempo con la familia. Sin embargo, hay quienes advierten riesgos, por lo que es necesario identificarlos para poder prevenirlos.
Sobre esto, la especialista en ergonomía de la UCSC, Gloria Inostroza, indicó que estos peligros provienen no sólo de no contar con las condiciones físicas y ambientales adecuadas para trabajar en nuestro hogar, sino también, son inherentes al uso de la tecnología, incluso, abarcan aspectos físicos y mentales.
En el aspecto físico, se consideran, específicamente, los Trastornos Musculoesqueléticos (TME), como las cervicalgias, lumbagos, tendinopatías en miembros superiores, etc. Sus factores causantes son las posturas incorrectas, posiciones estáticas mantenidas frente al computador y movimientos repetitivos.
Inostroza explicó que, pese a que adaptar el puesto de trabajo en la vivienda puede ser complicado, se proponen algunas medidas de prevención a considerar para evitar un TME derivado del teletrabajo:
Mesa o superficie de trabajo: Debe tener dimensiones suficientes para permitir poner todo lo que sea necesario para el trabajo. Los materiales deben distribuirse dependiendo de su frecuencia de uso, máximo a 35 a 45 centímetros del trabajador y en toda el área de la mesa de tal forma que se pueda utilizar ambas manos.
El sistema mesa-silla debe permitir suficiente espacio para alojar las piernas con comodidad y permitir el cambio de posición.
Silla: Deberá ser estable y otorgar al trabajador libertad de movimiento. Si es una silla de escritorio, ésta debe tener altura regulable, apoyo para la zona lumbar y apoyabrazos que reduzcan la carga muscular en la espalda baja y en la zona del cuello y hombros respectivamente.
Si sólo contamos con la silla del comedor para trabajar frente al computador, que sea estable, cómoda, utilizar un cojín como apoyo lumbar y apoyar los antebrazos sobre la mesa alejando el teclado lo suficiente para que deje espacio para ello.
Teclado: El teclado debe ser inclinable e independiente de la pantalla, para permitir una postura cómoda que no provoque cansancio en brazos y manos. Si utilizamos un notebook, adaptar el teclado es un problema. En este caso podemos conectar por USB el teclado de un computador de escritorio. Utilizar un reposamuñecas para reducir la carga estática en brazos y espalda y favorecer la alineación entre antebrazo-muñeca-mano.
Pantalla: Debe estar frente al trabajador para evitar los giros de cabeza y a una altura que evite la flexión de cuello mantenida más allá de los 20 grados respecto de la horizontal. Esto es fácilmente regulable con la pantalla de un computador de escritorio. Si utilizamos un notebook, se complica manejar la altura de la pantalla. En este caso, la solución es la conexión de un teclado por USB y utilizar un soporte para alzar el notebook, de tal forma que la pantalla quede a la altura deseada.
“Es importante destacar que el trabajador debe realizar pausas en su jornada. Un descanso de cinco minutos cada 45 o 50 minutos de trabajo, disminuyendo la sobrecarga física. En la pausa se recomienda realizar ejercicios de movilidad y estiramientos para luego retornar al trabajo”, finalizó la kinesióloga.