El ecosistema Fintech chileno se enfrentaa un momento crucial. El 3 de febrero culmina el plazo otorgado por la Ley 21.521 (conocida como Ley Fintech) para que las empresas de tecnología financiera se inscriban y obtengan autorizaciónantela Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Este trámite no solo es un requisito legal, sino también un paso hacia la consolidación de un mercado más competitivo, innovador y transparente. Sin embargo, aunque hay
grandesbeneficios, se planteas desafíos importantes.
Seestima queen Chile existenalrededor de 500 Fintech, delas cuales solo300 han completado el proceso de registro. La Ley, establece lineamientos y susobjetivos incluyen fomentar la innovación, la transparencia, la competitividad yla seguridad en el sector financiero chileno. Aunque este nivel de exigencia puederesultar complejo, también abre puertas a un mercado más confiable.
En cuanto alos desafíos, un punto crítico sevincula con la capacidad delas Fintech paraadoptarlos procesos formales de cumplimiento regulatorio, algo que muchas startups podrían considerar costoso o complicado. Otro reto serelaciona conla velocidad de adaptación al marco legal. Las Fintech, por naturaleza, se mueven rápido, innovan continuamente y operan con estructuras organizativas flexibles. Enfrentarse a procesos administrativos lentos o rígidos, representa un importante cambio que exige una planificación cuidadosa.
No obstante, losbeneficios para lainclusión financierason considerables. Las Fintech tienen el potencial de llevar soluciones a sectores tradicionalmente desatendidos. Desde herramientas de pago digital y créditos en línea, hasta plataformas de inversión y administración financiera. Estas empresas ofrecen una alternativa ágil y accesible que puedebeneficiara emprendedores, pymes y personas que no cuentan con un historial crediticio. Con el
respaldo dela nuevaley, se espera un incremento de la confianza del público en estos servicios.
Al cumplir con los requisitos, las Fintech demuestran no solo su capacidad para innovar, sino también su responsabilidad en el manejo de los datos yla protección delosusuarios. Es poresto que la exigencia de inscribirse antes del 3 de febrero debe entenderse no solo como un trámite, sino como la oportunidad delegitimar un sector clave para el desarrollo económico.
Así,la Ley Fintech representaun punto de inflexión para laindustria. Exige transparencia y compromiso, pero a cambio ofrece legitimidad y una plataforma sólida para crecer. El principal desafío radica en compatibilizar la rapidez y flexibilidad delas startups con los requisitos regulatorios, mientras que el mayor beneficio recae en una inclusión financiera más efectiva y equitativa. Dar este paso esla mejor forma de asegurar la permanencia y el crecimiento sostenible de un sector clave en el panorama financiero del país.
DRA. CLAUDIA YÁÑEZ V. Académica de FACEA UCSC
Fuente: Diario Concepción