30 estudiantes de Licenciatura en Filosofía y de Pedagogía en Educación Media en Religión se certificaron en taller sobre esta materia.
“Papelucho”, el entrañable texto de la niñez escrito por la chilena Marcela Paz, apareció en muchas de las imágenes del taller en la metodología “Filosofía para niños”, llevado a cabo por la carrera de Licenciatura en Filosofía, y que esta semana certificó a 30 universitarios de esa unidad, y también de Pedagogía en Educación Media en Religión.
El programa, que fue coordinado por los estudiantes Valeria Burgos y Juan Carlos Burgos, abrió las perspectivas de la enseñanza a los futuros filósofos, considerando un ámbito no explorado lo suficiente: enseñar filosofía a los niños, con una metodología creada por Matthew Lipman. El objetivo: formar a los filósofos del mañana, como señaló Valeria Burgos, niños con capacidad crítica, creativa y reflexiva.
Esta visión postula que “en vez de llevar solamente los resultados de 2500 años de pensamiento occidental, era posible hacer del aula un laboratorio de reflexión filosófica, un taller de búsqueda en común de la verdad” detalló el jefe de carrera, David Solís.
A juicio del académico, “necesitamos no solamente una persona instruida, sino una persona que pueda pensar bien. Y esto se debe iniciar en la escolaridad más temprana: la ciudadanía de los adultos comienza en la buena ciudadanía de los niños en el aula”, expresó, agregando que la apariencia ingenua de muchas de las preguntas infantiles encierran inquietudes auténticamente filosóficas.
En ese sentido, Salem Rifo, uno de los estudiantes que se certificó en el taller, señaló que cuando se lleva esta metodología al aula, como lo pudieron experimentar en las actividades académicas con niños del programa Milimar de Villarrica, el proceso de enseñanza y aprendizaje es mutuo, ya que los niños transmiten una mirada con sencillez a diversas dimensiones de la vida, que aporta a la reflexión filosófica.