Según las últimas cifras oficiales, que datan de 2004, en Chile habían más de tres mil 700 niñas, niños y adolescentes víctimas de explotación sexual. Si bien la cifra no se actualizado, entendidos en el área temen que aún en Chile hay muchos infantes que sufran de dicho flagelo.
Con el objetivo de ampliar la red de protección para menores que sean víctimas o potenciales blancos de este delito, la UCSC organizó el coloquio taller “Escnna y Educación. Prevención y Acción en el Ámbito Educativo”, destinado a supervisores y encargados de convivencia escolar en colegios de la Región. Este fue organizado por la Mesa Técnica Regional contra la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescente, el Centro de Investigación en Educación y Desarrollo (CIEDE-UCSC) y la Seremi de Educación del Biobío.
“El objetivo fue capacitar a estas personas y que de alguna manera ellos sean los portadores de estos planes de acción para que en las escuelas se desarrollen iniciativas tanto de prevención como de protección de los niños que han sido víctimas de la explotación sexual”, comentó la Dra. Belén Ortega, académica de la UCSC y coordinadora de la Mesa Técnica Regional contra la Escnna.
Durante toda la jornada, los asistentes pudieron presenciar una serie de charlas que apuntaron a tocar temas como la legislación y la respuesta judicial chilena frente a los delitos de explotación sexual infantil y el grooming y sexting en las escuelas.
En la segunda parte del encuentro, realizado en el Auditorio Santa Teresa de Jesús de Ávila de la UCSC, los asistentes participaron de un taller práctico donde pudieron desarrollar un plan de acción aplicable en sus establecimientos.
“Las escuelas son fundamentales para la protección de los derechos de los niños y niñas, creemos que no solo las familias son tutores de resiliencia, sino que también lo son los profesores y profesoras. Ellos tienen una visión amplia de lo que sucede y son capaces de captar cuando los niños y niñas tienen cambios en sus estados de ánimo, en sus conductas, entonces pueden ser un sistema de alerta temprana ante estas vulneraciones”, cerró la académica Belén Ortega.