El sobrepeso y la obesidad han alcanzado una prevalencia alarmante en el país, alcanzando el 75% según en la última encuesta nacional de salud. Una realidad que es preocupante debido a las patologías que se pueden desarrollar como efectos colaterales: diabetes, síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares.
Esta situación motivó a un equipo de investigadores donde se encuentran presentes los académicos de la UCSC: Marcelo Villagrán, Lorena Mardones y Claudia Troncoso de la Facultad de Medicina en conjunto con investigadores de la Universidad de Glasgow, a indagar sobre la presencia de marcadores genéticos que predisponen a la obesidad. Así, el equipo determinó que variantes del gen FTO que predisponen a la obesidad, están presentes en un 30% de los adultos chilenos, los que presentan en promedio 2 kilogramos de peso corporal extra por cada copia de la variante genética.
Calorías y tipo de nutrientes
En la segunda parte del estudio, publicada en diciembre de 2018, los investigadores establecieron la asociación entre la cantidad de calorías y el tipo de nutrientes consumidos por individuos con predisposición genética a la obesidad, observando que los portadores de variantes de riesgo en el gen FTO consumen en promedio 137 kilocalorías diarias más que individuos no portadores. El exceso de 137 kilocalorías es equivalente a la energía aportada por media marraqueta de pan, lo cual señalan los investigadores, en forma aislada, puede ser un aumento pequeño en el consumo, pero el efecto aditivo en un mes puede contribuir hasta 5.190 kilocalorías extra o 63.145 kilocalorías en un año.
En el artículo también se determinó que no existen preferencias en el consumo de un nutriente en particular por parte de los portadores de riesgo genético en FTO (por ejemplo mayor preferencia por alimentos ricos en grasas o hidratos de carbono). Esto se traduce en que los portadores de la variante de riesgo tienden a comer una porción un poco más grande en un determinado plato, pero no abusan de algún alimento predilecto en particular.
«Nuestros resultados no permiten concluir que la causa de la mayor tendencia a la obesidad de estas personas sea exclusivamente el exceso de consumo de alimentos. Sin duda, nuestro datos indican que el exceso de ingesta energética es un componente que influye, pero existen otros aspectos que aún faltan por estudiar como el nivel de actividad física, el consumo de micronutrientes, el grado de asimilación de nutrientes, entre otros», señala el Dr. Marcelo Villagrán, primer autor de la publicación.