La canción de Violeta Parra inspiró la charla ofrecida por el Director del Instituto de Teología Juan Carlos Inostroza, en el marco de los Diálogos Fe y Cultura organizados por los estudiantes del Instituto.
Un repleto Teatro Monseñor Ricardo Ezzati fue el escenario de la tercera jornada de los Diálogos Fe y Cultura: Lo humano y lo divino desde el diálogo de Violeta Parra, organizados por los estudiantes del Instituto de Teología. La charla en esta oportunidad se centró en la canción de la cantautora nacional “¿Qué dirá el Santo Padre?”, cuyos versos dedicó a comienzos de los 60′ al político español Julián Grimau, fusilado por el régimen franquista. La introducción a la actividad estuvo a cargo del elenco de danza de la UCSC, que dio vida sobre el escenario a una coreografía musicalizada por la folclorista.
“Pareciera que la letra de esta canción es una crítica a la Iglesia, pero si uno ahonda un poco, se percata que respalda el fuerte papel de la Iglesia en la defensa de los Derechos Humanos”, destacó Juan Carlos Inostroza, Director del Instituto de Teología y expositor de esta tercera jornada. Con la labor desarrollada en Chile por el Cardenal Silva Henríquez como uno de los referentes de esa defensa, el Dr. Inostroza ofreció una charla referida a una Iglesia cada vez más vinculada en un proceso de sensibilidad que se adentra en las realidades sociopolíticas de su contexto.
Otro aspecto resaltado por el académico en la composición de Violeta Parra apuntó a la igualdad de la persona humana: “no hay que apagar la luz del otro para lograr que brille la nuestra”, enfatizó a partir de las palabras de Gandhi, recalcando que esa igualdad entre los hombres, junto con sus derechos de libertad y justicia “valen para todos. Las religiones, ideologías, los políticos, los racistas, absolutamente todos”.
EL completo análisis de la exposición hizo referencia a cada uno de los pasajes de la folclorista en una canción que hace patente una férrea defensa a los valores esenciales del ser humano, los mismos que Dios otorgó al hombre y que es deber de la Iglesia defender, y de cuya acción fue evidencia viva el Cardenal Silva Henríquez.