Qué hacer y qué no, cuando una persona sufre quemaduras – UCSC
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Qué hacer y qué no, cuando una persona sufre quemaduras

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La gravedad de una quemadura en la piel tiene un momento crucial en los primeros auxilios. Por eso es importante que las personas sepan cómo tratarlas cuando éstas ocurren, con el fin de evitar un daño mayor en el paciente, y darle el mejor cuidado a la espera de que sea atendido por un centro de urgencias y por un profesional.

La enfermera Nancy Plaza, académica de la carrera de Enfermería de la UCSC, explica que las quemaduras, que se definen como la pérdida de continuidad de la piel, pueden producirse a nivel externo -por químicos, artefactos eléctricos o por fuego, en la piel- o interno -en las vías respiratorias al inhalar fuego o aire caliente.

Existen, detalló, tres categorías de quemaduras: la nivel 1, o tipo A, que es una quemadura leve, y que lesiona la epidermis; la nivel 2 (AB), que es una lesión intermedia, que puede mantenerse superficial, que sucede a flor de piel, es dolorosa, deja la piel enrojecida y sensible, exponiendo las terminaciones nerviosas y se pueden presentar ampollas (flictenas). No obstante, puede pasar a ser profunda, que es la quemadura de nivel 3 (B) que no es dolorosa, la piel se observa oscura, y la lesión puede llegar hasta el tejido óseo. Incluso puede no registrar infección, dado que el tejido queda muy dañado.

¿Qué hacer cuando se produce una quemadura? La enfermera explicó que las quemaduras de tipo AB o B deben ser evaluadas por un médico, especialmente un cirujano. Sin embargo, una quemadura leva y superficial, dependiendo de la superficie que abarque (no mayor del 1%, es decir palma de la mano) puede ser tratada en casa. Nancy Plaza señala además que “no es lo mismo quemarse una parte lisa del cuerpo, como el antebrazo, a una zona flexible o de apoyo”, o como el rostro, donde la piel es más delgada o deja más vulnerables algunos tejidos más delicado como vasos capilares, musculatura o tendones.

En el momento en que ocurre una quemadura, los primero auxilios son clave, para atender adecuadamente al paciente antes de la llegada de un especialista o de su traslado a una asistencia pública.

Cuando la quemadura se produce por una fuente eléctrica, “lo primero que hay que hacer es aislar a la persona lejos de la fuente de energía” detalló Plaza, señalando que hay que tener especial cuidado con que el lugar esté seco, y no tener contacto con agua al mover al paciente.

Si el origen de la quemadura es por fuego, (y la persona está en llamas), el primer paso es cortar el oxígeno que alimenta al fuego. Para ello, señaló la enfermera, se debe envolver a la persona en un paño o frazada no inflamable, y moverla haciéndola rodar en el piso, de esta manera se corta el oxígeno, nunca debe correr.

Tanto en quemaduras superficiales como en la profunda, sirve exponer la zona quemada en un chorro de agua, por unos 10 minutos, “porque disminuye el calor, la vasodilatación y la irradiación de la quemadura, esto además de disminuir el dolor ayuda a delimitar la zona lesionada”. Además, si la ropa de la persona está pegada a su cuerpo, no hay que sacarla arrastrando la prenda, sino que cortándola. Si no es posible, debe mantener la ropa hasta que sea sacada por los profesionales con instrumentos cortantes en el centro de salud. Además debe ser cubierta con un paño húmedo para evitar que se adhiera la tela a la superficie de la lesión.

El tiempo de recuperación, señaló Nancy Plaza, varía dependiendo del tipo de quemadura. Mientras una persona que sufre una quemadura leve toma entre 3 a 7 días para su recuperación, la de tipo AB se extiende hasta unos 15 días. La quemadura más profunda puede hacer que una persona tarde entre meses y años hasta recuperar la normalidad, muchas veces pasando por procesos como injertos o incluso una amputación.