En estas últimas semanas he tenido la oportunidad de reunirme con varios equipos. Equipos heterogéneos, sanos, que tratan de hacer lo mejor posible. Equipos formados por personas altamente comprometidas y con las mejores intenciones, todos ellos expresan lo mismo: «siempre hay algo que falla, que requieren más claridad, mayor dirección e información», la pregunta que me surge entonces es ¿qué nos falta para hacer equipo?, ¿Qué implica ser equipo?
Peter Senge, en su libro «La Quinta Disciplina», señala que «sabiendo dónde tocar (apalancar) la tarea se desarrolla más simplemente, y un toque puede reestablecer el equilibrio de sistemas complejos». Esta frase, sin duda, marcó mi carrera y desde entonces he tratado de descubrir “dónde tocar” para generar cambios.
Una organización inteligente, en las palabras de Senge, debe contar con al menos cinco condiciones: la primera de ellas se refiere al dominio personal. En segundo lugar, debemos conocer y “darnos cuenta” de nuestros modelos mentales, es decir, debemos identificar nuestros supuestos sobre las cosas. Prejuicios o ideas preconcebidas que determinan la forma en cómo miramos el mundo. La tercera condición es construir una visión compartida, el cuarto es el aprendizaje en equipo, ya que no aprendemos solos, aprendemos con otros. Para finalmente agregar el quinto elemento o la quinta disciplina, refiriéndose al pensamiento sistémico, que dice relación con la sinergia. Nos necesitamos todos y todas, y al unirnos, el “todo es más que la suma de las partes”. Algo que se menciona muchísimo, pero en lo que no profundizamos.
¿Qué significa “el todo es más que la suma de las partes”? Se refiere a que, trabajando en solitario puedo generar 10, pero en equipo o con otros, ese 10, puede ser 100, 1000 e infinito. Desde esa perspectiva es casi mágico ¿cuántas veces les ha sucedido que al enfrentar una situación y compartirla con otros, han descubierto una segunda o tercera opción? o ¿se les ha facilitado una tarea compleja, al reunirse 4 o 5 personas heterogéneas? Por lo mismo se sugiere que al trabajar en equipo, las personas idealmente posean diferentes estilos de aprendizaje, distintas formas de pensar, de diferentes opiniones e incluso de diferentes edades, sexo, disciplinas, historias de vida, etc.
Respondiendo a la pregunta inicial ¿qué nos falta para hacer equipo? y ¿qué implica ser equipo?, puedo responder que ser equipo implica valorar y eso pasa por aceptar que cada uno es valioso desde sus competencias. Implica también no juzgar la incorporación de un nuevo integrante, ni sobrevalorar la presencia de otro. Implica generar equilibrios y por sobre todo respetarnos, solo por el hecho de ser personas que formamos parte de un espacio de trabajo que queremos ver crecer y desarrollarse, ya que solo de esa forma podremos hacerlo nosotros también.