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Relación entre la ingesta de alcohol y el desarrollo del cáncer de mama

Por Camila Meza Sparza

Indagaciones estiman que alguien que consume tres bebidas alcohólicas por semana tiene un 15 % más de probabilidad de padecer esta enfermedad.

De acuerdo con cifras entregadas por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), las cifras de consumo de alcohol siguen aumentando, ya que de acuerdo con sondeos realizados por esta entidad la prevalencia en este escenario alcanza un 42,6% en un mes, la que es mayor en el caso de los hombres (51,6%) que en las mujeres (34,2%). A ello se suma el aumento en los episodios de consumo excesivo, pasando de una tasa del 4,6% al 13,0% en el caso de las mujeres y del 17,9% al 29,4% en el de los varones.

En este escenario, diferentes pueden ser las consecuencias ligadas a la ingesta de bebidas alcohólicas, entre ellas el incrementó en los niveles de estrógeno y otras hormonas asociadas con el cáncer de mama. Así, el alcohol también puede aumentar el riesgo de cáncer de mama al dañar el ADN de las células.

Un indicador relevante es que en comparación con las mujeres que no beben, las mujeres que consumen tres bebidas alcohólicas por semana tienen un riesgo un 15 % más alto de padecer cáncer de mama y aumenta otro 10 % por cada trago adicional que las mujeres toman de forma regular cada día.

“Si bien es ampliamente reconocido que el consumo excesivo de alcohol conlleva riesgos como enfermedades hepáticas, adicciones y accidentes automovilísticos, hay un peligro menos divulgado como el cáncer de mama. Es especialmente inquietante el hecho de que incluso el consumo moderado pueda elevar dicho riesgo. A esto se añade que ciertas predisposiciones genéticas, en combinación con el alcohol, pueden intensificar la susceptibilidad a esta enfermedad”, explicó el Jefe del Departamento de Salud Pública, Raúl Aguilera.

Enfoque global

El académico de la Facultad de Medicina agregó que hay estudios recientes que han dejado de manifiesto las complejas vías biológicas por las que el alcohol puede elevar este riesgo. Entre ellas, se pueden mencionar desde alteraciones en los niveles hormonales hasta la producción de carcinógenos derivados del metabolismo del etanol.

En base a esta realidad e indagaciones, las autoridades pretenden que sirva para tomar acciones, entre ellas generar acciones de sensibilización y capacitación. Además, ya se encuentran identificados otros factores que influyen en esta problemática como el nivel educacional educación (Básica 66,4%, Media 65,7% y Educación Superior 51,3%) y la pandemia por Covid-19, que generó aumento en el consumo de alcohol.

“Todos tenemos un papel en la prevención del cáncer de mama, por tanto, estrategias que solo se centran en el consumo excesivo no abordan el problema en su totalidad. Se requiere de un enfoque más global. Aunque la moderación es un consejo habitual en muchos contextos de salud, en este caso, podría ser más prudente reconsiderar cualquier nivel de consumo de alcohol. Es imperativo expandir la conciencia pública, enfatizando la reducción del consumo de alcohol no solo para prevenir daños hepáticos o adicciones, sino también para disminuir el riesgo de cáncer de mama”, finalizó Aguilera.