El Cuidado Respetuoso de la Infancia, también conocido como Cuidado Respetuoso Emocionalmente Seguro (C.R.E.S.E.), está asociado a un enfoque holístico para el bienestar infantil, a través del respeto, la comprensión y la empatía. Reconoce la importancia de la seguridad emocional, el apego seguro y el respeto a la individualidad de cada niño.
Así, en lugar de ver a los niños como versiones pequeñas, inmaduras e irracionales de los adultos, este enfoque reconoce a los niños como seres humanos con derechos, necesidades e intereses propios. Aquello va en dirección contraria a los enfoques tradicionales que buscan más bien controlar o moldear a los niños según las expectativas adultas.
Sobre esto, la académica de la carrera de Educación de Párvulos de la UCSC, Ximena Espinosa, explica que la crianza respetuosa es un enfoque transformador que beneficia tanto a niños como adultos, pues reconoce la dignidad y los derechos de la infancia, creando un ambiente de armonía, amor y respeto, donde niños pueden desarrollarse plenamente y alcanzar su máximo potencial.
“Está comprobado que los niños y niñas que crecen en ambientes seguros y respetuosos tienen mayores posibilidades de desarrollar una salud mental óptima, con todo lo que esto implica en nuestra actual sociedad, pues sabemos que hay altos índices de problemas de salud mental en la población general y dentro de la población infantil. Entonces es innegable la importancia de considerar los aspectos que se ven favorecidos al conocer y trabajar con este enfoque, dentro de esos aspectos están: el fomento de la seguridad emocional, la promoción de la autorregulación emocional, el fortalecimiento de la autoestima, la promoción de la comunicación y el diálogo y la prevención del trauma complejo”, manifestó la docente.
Principios de la crianza respetuosa
La crianza respetuosa no surge de la noche a la mañana, emerge como una respuesta al enfoque tradicional, implica dejar de ver a los niños como objetos que deben ser moldeados, para empezar a considerarlos como sujetos activos en su propio desarrollo reconociendo a los niños como seres humanos completos, con derechos, necesidades e intereses propios.
Este enfoque considera diferentes principios como respeto incondicional, reconocimiento y valoración, comunicación afectiva, creación de ambientes emocionalmente seguros, formación temprana de hábitos a través de normas y límites, respeto a la libertad del alma infantil, comprensión, aceptación y empatía, importancia del apego seguro, prevención del trauma complejo.
“A diferencia de lo que algunos pueden pensar, no implica la ausencia de límites. Al contrario, se deben establecer límites claros y consistentes, ello es fundamental para el desarrollo saludable del niño. La clave reside en cómo se establecen esos límites. En la crianza respetuosa, los límites se imponen de manera respetuosa, empática, se comunican claramente, se mantienen firmes y constantes, son flexibles adaptándose a circunstancias y necesidades”, enfatizó la profesional de la Facultad de Educación.
Dentro de las características de estos límites y normas se debe enfatizar la formación temprana de hábitos, evitar el castigo arbitrario y drástico, negociar en lugar de imponer, cambiar la estrategia autoritaria por una actitud flexible, empática y serena, validar y acompañar las emociones, fomentar la autonomía, buscar el bienestar del niño y la niña.
“Nos queda para reflexionar que la crianza respetuosa es un proceso continuo de aprendizaje que nos invita a los adultos a conectar con nuestra propia infancia, a desaprender patrones de crianza tradicionales y a abrirnos a una nueva forma de relacionarse con los niños y las niñas, basada en el amor, el respeto y la comprensión”, comentó la especialista en educación inicial.
Rol de la educación de Párvulos
En el mismo contexto, la experta resaltó el rol que cumplen los profesionales de Educación de Párvulo, ya que complementan y extienden los esfuerzos de los padres para crear un entorno donde los niños puedan crecer y desarrollarse integralmente
“La educadora de párvulos juega un papel fundamental en la temática de crianza respetuosa, extendiendo este enfoque más allá del hogar y teniendo la responsabilidad de crear un clima de aula favorable para el aprendizaje y el crecimiento integral de los niños. Este ambiente debe ser protector y estimulante, brindando seguridad emocional a los niños mientras fomenta su exploración y descubrimiento”, subrayó Espinosa.
La importancia de estos profesionales radica en establecer un clima positivo, pudiendo influir en el bienestar emocional de los niños y marcar un papel rol protagónico en el desarrollo socioemocional de los niños al conocer y aplicar del método A.M.A.R (Atención, Mentalización, Automentalización y Regulación).
Cabe señalar que cada 22 de noviembre se celebra el Día Nacional de la Educadora de Párvulos para conmemorar la inauguración de la primera escuela en 1944. Así, se destaca la labor de este nivel educativo forma a niños hasta su ingreso a la educación básica.