Por Javier Martínez G.
Cinco proyectos asociados al Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) del concurso Idea I+D 2023 de Anid se adjudicaron integrantes del cuerpo académico de las facultades de Ingeniería y de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, algo que se alcanzó gracias al trabajo de la Dirección de Innovación y cuerpo docente que han impulsado iniciativas en este ámbito.
Los proyectos que lograron este fondo, que busca contribuir al aumento de la competitividad de la economía nacional y al mejoramiento de la calidad de vida de los chilenos, son “Evaluación de la explotación comercial del erizo de espinas largas como una alternativa para enfrentar los impactos negativos de su sobrepoblación y oportunidad para diversificar la pesquería artesanal del Archipiélago de Juan Fernández”, dirigido por el Dr. Iván Hinojosa; “Valorización integral de los residuos de podas de vides como fuente de extractos polifenólicos antioxidantes y alternativa para pellets de calefacción doméstica”, encabezada por la Dra. Daniela Morales, y “Producción de Bio Jet Fuel rico en compuestos aromáticos a partir de lignina Kraft y aceite residual por el proceso integrado de co-pirólisis e hidrogenación”, de la Dra. Laura Azócar, todos de la Facultad de Ciencias.
A estos se suman la iniciativa “Software para la gestión del sistema Río-Lago Laja para la seguridad hídrica bajo la actual y futura crisis climática”, dirigida por el Dr. Enrique Muñoz y “Desarrollo de sistema de gestión de energía con almacenamiento híbrido basado en hidrógeno verde, supercapacitores y baterías para la conversión de grúas horquillas eléctricas de alto desempeño”, liderado por el Dr. Guillermo Ramírez, ambos de la Facultad de Ingeniería.
Impacto al entorno
Sobre este trascendente paso, el Dr. Iván Hinojosa, académico de la Facultad de Ciencias, afirmó sentirse orgulloso por este logro, desde el punto de vista de la perseverancia, pues era tercera vez que postulaba el proyecto, pues la comunidad del Archipiélago de Juan Fernández es la que resultará beneficiada.
“Ellos tienen un erizo que es endémico de la zona y por algún motivo que no está muy claro, ha tenido un aumento explosivo en abundancia, lo que ha generado la degradación de la biodiversidad, porque van consumiendo todo a su paso dejando zonas desérticas bajo el agua”, explicó.
Se trata, dijo, de una especie comestible y con potencialidad de ser exportada, pero nadie ha hecho los estudios para tener los permisos de explotación. Por ende, sostuvo que la idea es crear una pesquería sustentable.
Mientras que la Dra. Daniela Morales, académica de la Facultad de Ciencias, señaló sentir satisfacción por este logro, porque el esfuerzo y el trabajo realizado sirvió para algo grande. “Creo que en general el personal investigador está pasando por una transición, porque no se veía mucha investigación aplicada y en estos últimos años se está dando una con sentido, que resuelva problemas de la sociedad y la industria”, apreció.
Añadió que esto ha tenido un mayor impulso gracias a los proyectos intencionales como el 68-InES, Ciencia 2030 o Ingeniería 2030, que están promoviendo el ecosistema de innovación.
“Sobre el proyecto, creo que la industria vitivinícola no encontraba una solución tecnológica para sus residuos, por lo que demostraremos que es posible destacar de forma integral y con gran valor agregado los remanentes que genera la producción del vino, junto con la opción de crear nuevos empleos y una forma de trabajo en este sector”, proyectó.
A su vez, la Dra. Laura Azócar, académica de la Facultad de Ciencias, también se mostró contenta con este paso tanto en lo personal como para el grupo de investigación, porque da continuidad a los profesionales vinculados al proyecto para seguir desarrollando investigación en el área de bioenergía.
Afirmó que este proyecto va enfocado a los combustibles de aviación, por lo que el impacto sería a nivel industrial, pero también con foco en generar nuevos energéticos que tengan menores efectos en las emisiones de CO2, porque tienen un fuerte impacto en este tema, considerando que las políticas nacionales van en esa dirección.
“Lo principal es que, junto a potenciar la industria, es que bajar la emisión de C0.O2 con biocombustibles alternativos en base a residuos”, remarcó.
Energía y seguridad hídrica
Mientras que el Dr. Guillermo Ramírez, académico de la Facultad de Ingeniería, afirmó que la UCSC sumó una cartera importante de proyectos Fondef, lo que habla que la institución avanza rápidamente en consolidarse como una Universidad más compleja comparado a lo que había hace unos años, sobre todo luego de que declarara líneas emergentes y prioritarias, como fue el caso de energía.
“Somos varios los académicos que estamos trabajando en esta área, por lo que este Fondef consolida lo que hemos estado haciendo, con un equipo conocido, la creación del Centro de Energía y la Planta de Hidrógeno Verde, entre algunos hitos, lo que evidencia que la decisión que tomaron los académicos y las autoridades que apoyaron, sigue dando frutos, porque esta es una de las iniciativas que hemos adjudicado”, hizo ver.
En tanto, el Dr. Enrique Muñoz, académico de la Facultad de Ingeniería, también dijo sentirse muy satisfecho por haber logrado este Fondef, porque es algo importante para la UCSC, la Región del Biobío y quienes hacen investigación.
“Este proyecto está pensado en responder a una necesidad operacional de los gestores de agua de la cuenca del Lago Laja, un hito muy relevante para el país, pues de seguro marcará otros diseños en otros lugares similares”, destacó.
Recordó que están trabajando desde el 2010 asesorando a los canalistas y entidades públicas en temáticas de gestión de recursos hídricos considerando la variabilidad y cambio climático. Es ese contexto, colaboraron en el diseño de una nueva regla de operaciones, para lo cual fabricaron un modelo hidrológico.
Ahora desarrollarán una herramienta operacional para poder hacer esta gestión después de los análisis científicos y técnicos, lo que será llevado a un software para que los gestores puedan analizar información para la toma de decisiones.
Cultura de la innovación
Sin duda, estos proyectos consolidan todas las áreas de la UCSC, que ha avanzado fuerte y decididamente estos últimos años en investigación aplicada e innovación, según afirmó el Dr. Antonio Brante, vicerrector de Investigación y Postgrado de la UCSC.
“Esto ha requerido ir instalando una cultura de la innovación en el cuerpo académico y el estudiantado, así como poder ir generando el soporte en infraestructura y de gestión que permitan dar soporte a este desarrollo. Hace cinco años teníamos muy poco de investigación aplicada en la universidad”, destacó.
Agregó que sin duda todo este trabajo ha ido dando frutos. “Hoy contamos con equipos de académicos y académicas con competencias y potencial en I+D, gestores de proyectos con cada vez más experiencia en este tipo de iniciativas, unidades de soporte para la innovación y transferencia tecnológica más fuertes, y con una vinculación con la empresa y el sector púbico potenciada”, remarcó.
Aparte, sostuvo que la Dirección de Innovación juega un papel relevante en todo esto, pues es donde nace todo este impulso, y donde todo el equipo ha estado abriendo camino y motivando el trabajo de académicos, académicas y estudiantes en la línea de la I+D.
“La Dirección de Innovación se ha ido posicionando no solo en el medio interno, sino que también en el medio externo, siendo ya reconocida por nuestros pares de otras universidades, así como en el sector empresarial. De esta manera, aprovecho de agradecer todo el trabajo que realiza el equipo de la Dirección, que son actores claves del circuito I+D+i de la UCSC”, cerró el Dr. Brante.