En los último días, los medios de comunicación han dado a conocer una serie de hechos de violencia ocurridos en distintos establecimientos educacionales del país, los que no solo ha involucrado a los alumnos, sino también a sus padres. Sin duda, una realidad preocupante que lleva a cuestionarse el por qué de ella y cómo puede ser prevenida y abordada. Para la sicóloga clínica de la Dirección de Apoyo a los Estudiantes (DAE) de la Universidad, Daniela Sáez, la violencia en el ámbito escolar se presenta, predominantemente, de modo interpersonal y colectivo, y se puede ejercer de forma directa, estructural o cultural simbólica.
“Una forma de violencia directa interpersonal se puede ejercer, por ejemplo, desde el profesor al estudiante y viceversa;. También se puede ejercer un tipo de violencia estructural, en el que se observa un grupo privilegiado y un grupo vulnerado, donde existen y se desarrollan mecanismos de inclusión o exclusión desde un grupo hacia otro (es decir, un grupo privilegiado discrimina al grupo vulnerado, por ejemplo, la comunidad LGBT)”, explica.
La profesional agrega que también puede expresarse como violencia simbólica, donde esta se legitimiza, por ejemplo, cuando en los contextos educativos predominan formas disciplinarias rígidas y fuertes mecanismos de control, y como violencia colectiva, que es desde grupos de niños, niñas y jóvenes hacia pares y adultos.
Dentro de esta última manifestación, la forma más conocida es es el acoso escolar o Bullying, en el que existe una agresión que intenta ejercer un poder sobre otra persona. Esta se puede concretar en intimidación, hostilidad o amenazas verbales y físicas, las que ocasionan en la persona que vive el acoso, angustia, sensación de desamparo, tristeza, concluyendo, en muchas oportunidades, con el suicidio de quien que está siendo acosado.
“Se ha evidenciado en el Tercer Estudio Regional Comparado y Explicativo (Terce) de 2013 que aproximadamente el 30% de los niños, niñas y jóvenes en edad escolar en América Latina afirma haber vivido situaciones de violencia en la escuela como agresión física y burlas por diferentes causas”, aclara.
Asimismo, señala que el confinamiento por Covid 19 es una variable con la que se podría explicar los hechos de violencia de los últimos días. “Estuvimos dos años guardados, periodo en el que hubo un aumento en problemas de salud mental, mayor estrés, ansiedad y depresión. Quizás, lo que está pasando es que al enfrentarnos nuevamente a la presencialidad, ha habido una escasa posibilidad de resolver conflictos. Creo también que se relaciona mucho con conocer qué te pasa cuando estás enrabiado y/o asustado, así como cuáles son las vías para resolver estos conflictos de una manera saludable”.
Origen y prevención
La violencia es un fenómeno multidimensional y, por lo tanto, existen muchos elementos involucrados en los que se incluyen factores individuales, familiares, escolares, pobreza, consumo problemático de sustancias, delincuencia, individualismo, economía global, así como la exacerbación de noticias asociadas a ella por parte de los medios de comunicación.
Daniela Sáez añade que “en el estudio antes mencionado, se evidencia que los alumnos perciben mayores niveles de agresión entre pares al interior de las escuelas en las poblaciones más discriminadas, como por ejemplo, quienes están en situación de trabajo infantil, pertenecientes a hogares con menor nivel socioeconómico, población indígena e inmigrantes”.
En cuanto a su prevención, la Sicóloga comenta que tanto el colegio como la universidad son ambientes privilegiados que deben orientarse a la formación integral de las personas, lo que implica crear espacios intencionados que estén destinados a la educación socioemocional, donde se pueda aprender a gestionar emociones, desarrollar habilidades para relacionarse en armonía con valores que promuevan una comunicación no violenta como lenguaje de vida. “Es importante tomar conciencia y sensibilizar a la población universitaria, dejando de validar formas de resolución de conflicto violentas en todos los contextos”.
De igual modo, a nivel institucional es necesario el diseño de una política educativa específica y atingente, que puede ser a través de cursos de comunicación no violenta, en los que se desarrollen habilidades para relacionarse adecuadamente, así como para gestionar emociones y lograr una óptima autorregulación de ellas.
Bienvenida y no mechoneo
«Menos violencia, más convivencia» fue parte de las frases con las que la DAE dio la bienvenida a los novatos este 2022. Y es que, desde hace unos años, la unidad viene promoviendo el buen trato entre los jóvenes que ingresan a la Casa de Estudios con el propósito de desnaturalizar la violencia en el mechoneo y transformarla en una bienvenida positiva.
“Somos una Institución que tiene dentro de su Sello Identitario el respeto por la dignidad de la persona humana. Por esta razón, la UCSC se compromete con el derecho que tiene cada ser humano de ser respetado y valorado como ser individual y social, lo que incorpora una forma de relacionarnos sin agresiones, es decir, en armonía con nuestros valores”, sostiene Daniela Sáez.
También por ello, la Unidad de Inclusión Estudiantil de la DAE, atiende casos de violencia de género, acoso sexual y/o discriminación arbitraria, a través de su especialista en la materia, Amanda Sanhueza, ya sea vía correo electrónico (avsanhueza@ucsc.cl) o por consulta espontánea para reservar una atención, en la cual le proporcionarán el apoyo y acompañamiento que sean necesarios para resolver su caso.
En el caso de que el motivo de la consulta coincida con episodios que están definidos en el Protocolo de Actuación frente a Denuncias de Acoso Sexual, Violencia de Género y Discriminación Arbitraria (D.R 59/2019), la información se entrega para que el/la estudiante pueda tomar la decisión voluntaria de denunciar.
“Para otros tipos de violencia, sólo se orienta con respecto a la posibilidad de denunciar por procedimiento sumario. Pero, en ese caso, la denuncia se hace en su Facultad, no en la DAE. Si el motivo de consulta es otro, de todos modos se orienta con respecto a canales de denuncia externos y/o se realizan derivaciones”, concluye la especialista.