Finalizó campaña “Un libro es un tesoro abierto” y aportes se entregaron en escuela de Quillón.
Los escolares de Quillón recuperan de a poco sus espacios, luego de los incendios que afectaron a la comuna en diciembre de 2011. Y con el fin de facilitarles la tarea a los niños de la localidad, la carrera de Biblioteconomía y Documentación realizó la campaña “Un libro es un tesoro abierto”, dedicada a la recolección de ejemplares para nutrir las bibliotecas escolares.
Luego de dos semanas de trabajo, la iniciativa del Centro de Estudiantes del plan de estudios, respaldada por su carrera, logró reunir alrededor de mil 200 volúmenes, en el marco de la celebración del Día Internacional del Libro y Derecho de Autor. Y para que la fiesta fuera en serio, 14 alumnos, acompañados por su Jefe de Carrera, Javier Martínez, se trasladaron con los aportes hasta la Escuela Coyanco. El establecimiento, que cuenta con diez profesores y 144 estudiantes de primero a octavo básico, además de un nivel para niños con requerimientos especiales, alberga también a los alumnos de otras dos escuelas de la comuna, imposibilitadas de funcionar luego de los incendios.
“La idea original siempre fue beneficiar al mayor número posible de escolares, y lo logramos, ya que se reunió material para todos los niveles, que estará disponible en la Escuela Coyanco para la comunidad: se trata de un sector rural, por lo que las dependencias del establecimiento funcionan también como biblioteca pública”; detalló Javier Martínez. El Jefe de Carrera de Biblioteconomía y Documentación hizo también hincapié en la donación recibida por parte del Colegio Itahue, que facilitó una cantidad importante de textos de estudio para la campaña, a los que se sumaron libros de lectura obligatoria, láminas didácticas y diversos artículos de naturaleza similar.
Javier Martínez también resaltó el aporte de Explora, que consistió en láminas, boletines, volúmenes relacionados con educación emocional e incluso guías didácticas para docentes. “La verdad es que la campaña y posterior entrega fue todo un éxito y logramos colaborar en serio con las escuelas que quedaron en mal pie luego del desastre que significaron los incendios en la comuna”, aseveró el académico, quien también insistió a quienes quieran solidarizar con material educativo a revisar sus aportes antes de entregarlos, para no caer en el error de facilitar libros en mal estado que no sean de real utilidad.